Hace unos meses veíamos el vídeo de un agricultor que había grabado cómo una enorme piara de jabalíes salía a su paso mientras cosechaba. La filmación destacaba por su espectacularidad. Días más tarde, compartíamos otra grabación en la que aparecía un hombre que avanzaba con su coche junto a un campo cultivado. De repente gritaba y comenzaban a salir jabalíes corriendo en todas direcciones. Eran tantos que resulta imposible contarlos.

El siguiente vídeo, sin embargo, logra superar con creces los anteriores hechos: de un maizal aparecen un total de 56 jabalíes -entre adultos y rayones- que huyen de las cuchillas de la cosechadora. En primer lugar, los animales son reacios a salir a pesar del sonido que produce la maquinaria agrícola. No obstante, conforme ésta se va acercando, no les queda más remedio que huir del lugar para evitar ser atropellados.

La escena se desarrolla entre las miradas de expectación de varias personas que saben lo que se esconde en el interior de esta última tira de maíz y esperan cámara en mano la aparición de los animales.

El pasado jueves publicábamos otro vídeo similar en el que una cosechadora apuraba el último pedazo de terreno de un maizal similar. Apenas medía unos cuantos metros cuadrados y parecía mentira que allí pudiera esconderse lo que finalmente asoma. Y no, no es una piara de jabalíes… ¡sino un toro bravo!

Daños de los jabalíes a la agricultura

Los daños que las especies cinegéticas producen en los cultivos son un grave problema para los agricultores que, además, va en aumento. Para muestra un botón: la superficie de agricultura dañada por la presencia de fauna silvestre en Castilla y León, por poner un claro ejemplo, creció en casi un 25,7% entre los meses de enero y abril del pasado año, periodo en el que el número de hectáreas declaradas asciende a 6.833 frente a las 5.437 del año pasado. En este tiempo, el número de siniestros ha alcanzado los 844 frente a los 765 del año anterior, es decir, un 10,3 por ciento más, según datos facilitados por Agroseguro a la Agencia Ical.