Una cosechadora apura el último pedazo de terreno de un maizal que le queda sin recolectar. Apenas mide unos cuantos metros cuadrados y parece mentira que ahí pueda esconderse lo que finalmente sale de ella. Y no, no es una piara de jabalíes… ¡sino un toro bravo!

Entre las miradas de expectación de varias personas que saben lo que hay y esperan su aparición en un remolque colocado en posición paralela al maizal, el burel aparece altivo y se coloca fuera de. Las voces comienzan a llamar su atención cuando éste se coloca en la mitad del terreno e incluso hace ademán de atacar a la máquina, pero finalmente no embiste.

Aunque el maíz es un alimento un tanto polémico para las reses bravas y que en ocasiones ha causado problemas -sobre todo hepáticos, que derivaban en falta de fuerza- cuando se ha usado en exceso, forma una parte extra de la dieta de un toro bravo, y éste buscó en la frondosa vegetación no sólo refugio y tranquilidad, sino alimento asegurado. Por ello, tras probablemente escapar de alguna finca cercana, se metió en esta plantación para pasar unos días hasta que la cosechadora vino a chafar su paraíso.

Aunque cueste creerlo, una familia de 20 jabalíes se esconde aquí

En este otro vídeo similar, y una vez que la cosechadora introduce la cuchilla en otra plantación de maíz,  una piara entera de jabalíes se arranca y abandona el terreno agrícola mientras uno de los agricultores filma la escena. Nada menos que una veintena de cochinos cruzan entre tractores, remolques y cosechadora en unas imágenes que corren como la pólvora en las redes sociales. ¿Pensabas que podrían esconderse tal cantidad de jabalíes en un terreno tan pequeño?