El Consejo General de Colegios Oficiales de Biólogos de España ha pedido, a través de un comunicado oficial publicado en su web y remitido al Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 que dirige Ione Belarra, que rehaga el polémico texto de la ley animalista que pretende sacar adelante el Gobierno.

El comunicado del colectivo de biólogos se une al de otros cientos de profesionales. Recordamos que ya en noviembre del pasado año casi 900 científicos suscribieron una carta en la que mostraban su malestar general y alertaban de las nefastas consecuencias que tendría para la biodiversidad y el patrimonio natural si saliera adelante la ley.

Recordamos que el pasado mes de octubre fueron rechazadas además las enmiendas a la totalidad presentadas para retirar del Congreso este proyecto de Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales y al de modificación de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en materia de maltrato animal, lo que permitió que las polémicas leyes sigan su tramitación.

Los biólogos son los profesionales especialmente capacitados en el ámbito del comportamiento animal, la etología, la biología animal comparada, la ecofisiología animal y vegetal o las relaciones ecosistémicas entre los animales y su entorno urbano o natural, por ello exponen que se sienten autorizados para tener «un papel preponderante en la aplicación de este proyecto» de Bienestar Animal. «El papel de los biólogos, su conocimiento y formación en etología y ecología, son claves para la protección de todos los animales, no solamente los de compañía o producción, sino la fauna silvestre y sus ecosistemas», indican en el texto.

La eliminación de los animales silvestres de la ley, entre sus enmiendas presentadas

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Rata. © shutterstock

Tras el estudio del anteproyecto y el proyecto de ley por parte del Consejo General de Colegios Oficiales de Biólogos, éste ha presentado observaciones y enmiendas al texto legislativo. Entre éstas, critican la introducción en el texto de nueva legislación sobre temas que ya están considerados en otras leyes como la ley 42/2007 de Patrimonio Natural y Biodiversidad, «lo que provocaría inseguridad jurídica y duplicidades», o evitar proponer nuevas definiciones (animales de compañía, silvestres, urbanos…) que no se corresponden con las existentes que ya tienen desarrollo legal.

«Los denominados animales de compañía, abandonados, de producción, desamparados, domésticos, silvestres, urbanos, identificados o extraviados -indica el texto- además de contemplar definiciones imprecisas y redundantes, generan incertidumbre jurídica ya que suponen una reinterpretación de conceptos ya definidos como fauna silvestre, animales en cautividad y de mascotas, en la que confluyen competencias concurrentes y supeditadas a textos legislativos y normativos en la que son competentes otros Ministerios de la Administración General del Estado, como, entre otros, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico», señala la primera de las enmiendas de los biólogos.

En este sentido, recordamos que el texto del proyecto de la ley animalista recoge en su articulado disparatados artículos como el que hace referencia a garantizar los «derechos» de ratas y palomas en las ciudades. Contra este tipo de conceptos se han mostrado también en contra los biólogos en su documento.

El peligro de la protección de las colonias felinas

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Un gato acecha a un polluelo en un árbol. © Shutterstock

También piden desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Biólogos que se evite regular casos como las colonias felinas «por sus consecuencias indeseables respecto a los cambios en el comportamiento depredador y en las relaciones con sus presas naturales». Recordamos que el propio Ministerio de Belarra ya reconoció en octubre que estas colonias de gatos producen «muchos daños al medioambiente» y la salud.

De hecho, mientras otros países de Europa protegen a su fauna autóctona eliminando a las colonias felinas, en nuestro país esta ley animalista no solo prohíbe expresamente el control de los gatos callejeros y asilvestrados, los cuales son responsables de la extinción de 63 especies de animales, sino que además pretende obligar a las Administraciones a mantenerlos con recursos públicos.

«Es particularmente importante tener en cuenta que los biólogos son los únicos profesionales que reúnen una sólida formación en cada uno de los tres ámbitos del concepto una sola salud», recuerdan. E inciden en esa «salud humana y animal en el ámbito del estudio de sus bases biológicas y la interacción con los patógenos, y la salud de los ecosistemas, incluyendo la relación entre los animales y el resto de los seres vivos de su ecosistema y sus consecuencias tanto en la preservación de estos como en las interacciones tanto positivas como perjudiciales».

En este enlace se pueden contrastar las aportaciones realizadas por el Consejo de Biólogos al Ministerio.