Un perro de caza de raza Beagle es el que protagoniza, junto a un conejo, el siguiente vídeo, que sin dudarlo es uno de los más divertidos que hemos visto en los últimas días en las redes sociales. El can avanza lentamente, rastreando el terreno, olisqueando hasta el último milímetro de la zona que pisa y, de lo que no se da cuenta, es de que tiene un conejo justo delante de él.

En un primer instante puede parecer que el pequeño mamífero, al estar tapado tras un poste, no es descubierto por el perro por esta razón. Pero esta idea se desvanece segundos más tarde, cuando el perro de caza se separa del poste y tiene el conejo a centímetros sin percatarse de su presencia.

Justo en ese instante, se da cuenta de lo que tiene delante de sus narices: cuando ve el conejo, su cuerpo se pone en acción. Se le eriza el lomo, las orejas se ponen en señal de escuchar y el rabo se le eleva. Medio segundo después, sale detrás de la pieza, a la que parece no lograr capturar.

El beagle es una raza que se adapta perfectamente a la vegetación frondosa y, sobre todo, posee muy buena nariz, excelente voz y pasión por la caza. Pero a pesar de este exquisito olfato, han de mostrar mucha tenacidad para que el conejo no consiga su objetivo de despistarlos, como ocurre en este vídeo.

@hanibanani30

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¿Por qué beagles para cazar conejos?

El autor con sus beagles durante una cacería de conejos. © Innova Ediciones

Muchos cazadores se han hecho esta pregunta, ¿por qué beagles y no otra raza para cazar conejos? Por muchos motivos. El primero, porque es una raza con verdadera pasión por el rastro y que cuenta con una nariz exquisita, cualidades que un buen perro de rastro debe atesorar. El segundo es su talla, que lo capacita para perseguir sin descanso a las piezas con la intensidad necesaria para ponerlas a tiro permitiéndole sortear con facilidad las barreras naturales que se puede encontrar a lo largo de la jornada –piedras, muretes…–.

El tercero es su espectacular voz, que nos ayudará a escuchar a nuestros auxiliares en lo más profundo de la espesura, además de hacer mucho más espectaculares los lances. El cuarto, su capacidad para trabajar en grupo y bajo las órdenes del conductor. El quinto es su inteligencia, que le permite aprender rápido y mejorar continuamente sus prestaciones en el monte. En resumen, un cúmulo de virtudes que se adaptan perfectamente a estos montes y que hacen de esta raza una de las más apropiadas para cazar conejos en esta modalidad.