Un vídeo en el que puede verse cómo una hembra de zorzal común (Turdus philomelos) coge con su pico las larvas que una persona le ofrece con su mano para alimentar a sus polluelos, ha sorprendido a miles de cazadores, que no dejan de compartir la filmación a través de servicios de mensajería instantánea como WhatsApp.

El zorzal común es un ave omnívora que suele alimentarse de multitud de invertebrados, incluso de algunos provistos de caparazón, como los caracoles. Previamente a este momento, el zorzal fabrica un nido de barro y hierba seca encima de un arbusto o de un árbol y empolla entre cuatro y cinco huevos azules, con manchas oscuras. Estos huevos tienen un tamaño por líneas generales de unos dos centímetros y pesan unos seis gramos. La madre los incuba de 10 a 17 días hasta que nacen los pollos.

La reproducción del zorzal se produce en gran parte en Europa, anidando en bosques cercanos a regiones abiertas, y migrando en invierno hasta tierras más cálidas como España o incluso cruzando el Estrecho, hasta África. La hembra puede establecerse en una región en invierno de forma individual, hasta que la pareja se reúna a principios de la estación primaveral.

El vídeo muestra la fase en la que la hembra del zorzal alimenta a su prole con el fin de conseguir su desarrollo hasta que, por sí solos, los polluelos puedan abandonar el nido.

Zorzales alimentándose de insectos… y caracoles

Como buen túrdido, este otro vídeo muestra cómo un zorzal común captura con su pico un caracol y, a modo de yunque y martillo, logra quitarle el caparazón y alimentarse del animal. Existen además algunos estudios científicos sobre cómo los zorzales eligen los caracoles ecuánimes para sus picos.

¿Cómo contribuir a la buena gestión del zorzal en nuestro país?

Zorzal alirrojo. © Shutterstock

El Observatorio Cinegético es una herramienta digital colaborativa de ciencia ciudadana que está construyendo un sistema de monitorización a nivel nacional. A través de la App CensData, cientos de cazadores y gestores están recopilando datos de manera voluntaria que posteriormente son analizados por los científicos de Fundación Artemisan. Así, el proyecto pretende que esta red de monitorización nacional sirva para obtener información válida y contrastable sobre el estado real de las distintas poblaciones de especies silvestres y permita la toma de decisiones por parte de los propios cazadores y gestores, así como por la administración.