El fotógrafo y naturalista Omar Gómez Solaleta captó el pasado 29 de marzo, en la cordillera Cantábrica, la sorprendente imagen de tres lobos intentando dar caza a un grupo de ciervas. «Sin duda una de las mejores observaciones que he podido presenciar», expone Gómez en la publicación del vídeo. «Además, es el reflejo más puro, salvaje y natural de cómo se desarrolla la vida en la naturaleza y en este caso en particular, en la cordillera Cantábrica», añade.

El resultado de la persecución finalmente no se saldó con la vida de ninguna de las ciervas, ya que el grupo no sufrió ninguna baja y los lobos volvieron de nuevo al encame, como el propio autor ha expuesto a la redacción de Jara y Sedal.  En la grabación se puede percibir la forma de organización de una manada de lobos a la hora de cazar: la jerarquía y la buena distribución del terreno es clave para lograr su objetivo, aunque en esta ocasión no lo consiguieran.

Los lobos tienen varias estrategias para cazar según la época del año en el que nos encontremos: mientras que en verano intentan llevar a sus presas a zonas escarpadas, en invierno deben tirar de su mayor velocidad en las condiciones climatológicas adversas como herramienta clave para conseguir alimento. Y, en este sentido, como se puede apreciar en la grabación de Omar Gómez, cazar en grupo les otorga grandes ventajas comparado con hacerlo en solitario, ya que entre todos atacan a las presas por diferentes ángulos.

Por otro lado, buceando en el naturalista más importante de la historia de nuestro país, el gran Félix Rodríguez de la Fuente, se observa un vídeo en el que una manada compuesta por cinco lobos dan caza a una muflona. Esta escena pertenece al capítulo ‘Los matadores inocentes’ que muestra la muerte como algo natural y necesario en el desarrollo de los ecosistemas.

Otro documento único de lobos cazando en nuestro país

Lobo

En este sentido, recordamos cómo el pasado año el cazador Alfonso Prieto, guía profesional de la empresa española ATP Hunting, logró otro documento único mientras paseaba en la Sierra de Gredos: el ataque de un lobo a un macho montés en este escenario. Jara y Sedal habló el pasado año en exclusiva con el autor de las imágenes, que decidió contar de esta forma en primera persona cómo fue su intenso encuentro con el lobo.