El proyecto de ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales del Gobierno sigue su curso a pesar de la gran polémica que ha levantado en los últimos meses entre distintos grupos de la sociedad. El pasado 6 de octubre fueron rechazadas las enmiendas a la totalidad presentadas para retirar del Congreso tanto ese texto como la modificación de la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en materia de maltrato animal.
En total, las enmiendas recibieron 157 votos a favor 179 en contra y 9 abstenciones, algo que imposibilita que prosperen y deja vía libre para que las polémicas leyes sigan su tramitación. Ambos textos ponen en jaque el futuro del sector cinegético y del mundo rural en general con un importante ramillete de prohibiciones que atentan contra su futuro.
Científicos, profesionales veterinarios, ingenieros de montes e ingenieros agrónomos en contra de esta ley
No solo el mundo rural en general se ha mostrado en contra de la puesta en marcha de ley animalista, sino que también la ciencia se ha unido a él en la oposición a la tramitación del texto promovido por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, al haber sido elaborado sin seguir criterios técnicos ni científicos y al no haber contado para su redacción con los sectores afectados.
De hecho, en un encuentro celebrado hace un mes en Madrid, científicos, profesionales veterinarios, ingenieros de montes e ingenieros agrónomos mostraron su oposición a la tramitación de un proyecto ideológico que, aseguran, tendrá nefastas consecuencias para millones de personas e incluso para los propios animales que pretende proteger.
Además, recordamos que la comunidad científica ya trasladó hace un año su rechazo a la falta de rigor de la ley en una carta firmada por más de 800 investigadores que fue obviada por los promotores del texto.
Medio millón de personas protestaron contra la normativa en Madrid
Por último, recordamos que el pasado 20 de marzo Madrid vivió una manifestación histórica en la que casi un millón de personas del mundo rural acudieron a la capital de España formando una gran marea naranja que inundó el recorrido previsto, desde la Estación de Atocha hasta el Ministerio de Transición Ecológica. Aunque en un principio había prevista una asistencia de más de 200.000 personas, finalmente la afluencia de público del mundo rural fue muy superior, casi 500.000, pidiendo la retirada de este texto.