Uno de los objetivos de los marcajes de los machos de corzo es servir como efecto disuasorio para evitar la confrontación directa entre machos. No obstante, no siempre esto se consigue y cuando dos ejemplares se proponen no abandonar el mismo lugar, puede que lleguen a medir sus fuerzas.

Las características de la cuerna del corzo, en caso de lucha, pueden dar lugar a desenlaces graves y más si alguno de los machos carece de alguna de sus puntas características No son raros los puntazos que reciben cuando los saltos, giros y pequeñas carreras no han conseguido su objetivo: que el enfrentamiento sea el último recurso.

Es precisamente lo que muestra el siguiente vídeo: dos machos, que se niegan a retroceder, golpean sus cuernas con el fin de demostrar a su oponente quién manda aquí.

@aaronsiito_23

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Otro de los aspectos más sorprendentes de la biología del corzo es su actividad reproductiva, que se concentra durante los meses más calurosos del año, principalmente julio y agosto. Su intensidad y duración dependerá de dos factores principales, las condiciones ambientales y las horas de luz, puesto que se relaciona de forma directa con la melatonina, una hormona muy dependiente de ambos aspectos.

Por este motivo, mientras que los ejemplares ibéricos cuentan con celos más largos, que pueden superar las cuatro a seis semanas, en el caso de los del centro y norte de Europa este periodo se lleva a cabo en no más de 20 días. Además, resulta llamativo comprobar cómo, dentro de nuestra propia Península, los ejemplares del sur concentran su actividad reproductiva principalmente al inicio del verano, mientras que los del norte la prolongan hasta incluso llegar al mes de septiembre, lo que demuestra su elevada capacidad de adaptación.