El nuevo partido político Sumar, con Yolanda Díaz a la cabeza, cuenta con Aïda Gascón entre sus filas. Esta animalista vegana es uno de los rostros más conocidos de España en el animalismo radical anticaza y ha encontrado en la nueva formación de extrema izquierda el lugar perfecto para convertir en política real su ideología animalista radical.

Tal y como ha podido saber este medio, Aïda ha sido la encargada de redactar la parte animalista del programa político de Yolanda Díaz, coordinando un equipo de, al menos, diez militantes de la misma ideología que ella. En el documento de trabajo del grupo sectorial 26 ‘Protección de los Animales’ al que ha tenido acceso este medio, la todavía presidenta de Anima Naturalis establece una hoja de ruta para los próximos diez años en la que se apuesta por polémicas medidas como la reducción de jabalíes mediante esterilización, la prohibición de la caza del lobo, un mayor control de los perros de caza o la reducción de la producción y consumo de carne. Todo ello, eso sí, con un lenguaje muy amable,lleno de eufemismos y sin citar la actividad cinegética ni enumerar las prohibiciones y limitaciones necesarias para imponer estos postulados.

Sumar acusa a la caza del abandono animal sin datos

Ya desde el principio del documento -al que ha tenido acceso Jara y SedalSumar hace referencia al bulo del abandono de los perros de caza, una afirmación que sostienen al mismo tiempo que reconocen que no hay datos que lo avalen. «Aunque no existen datos oficiales sobre la tasa de abandono de animales en nuestro país, es una de las más elevadas de la Unión Europea», aseguran.

«Respecto a las causas de abandono, los dos motivos más importantes declarados por los centros de acogida son las camadas no deseadas, especialmente el caso de los gatos, y el fin de la temporada de caza, en el caso de los perros», también puede leerse sobre algo que ya hemos desmentido con datos más de una vez en este medio.

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Cazador y su perro durante una jornada de caza. © Sonia García

Aseguran que el abandono de animales es un gran problema en España cuando ni siquiera tienen algo sobre lo que sostenerlo. Recuerda al bulo de los 50.000 galgos ahorcados al año defendido por Unidas Podemos y entidades animalistas que el propio PACMA desmintió, así como el Seprona.

Asimismo, los informes de la Fundación Affinity, año tras año, demuestran que los perros de caza no son los más abandonados, tal y como quieren hacer creer organismos como Sumar, en este caso. Sin ir más lejos, en 2019 fueron la cifra más baja y el mes de febrero, coincidiendo con el fin de la temporada de caza, presentó uno de los menores porcentajes.

Mantener la prohibición de cazar lobos

El documento también entra en una de las cuestiones más polémicas para el mundo rural: el control del lobo. En el texto se hace una lectura muy sesgada de la normativa europea proteccionista, pero ‘olvida’ seguir mirando hacia Europa cuando se refieren al control de la población del lobo y las medidas que ya se han aplicado en países como Alemania, Francia o Suiza.

«En el caso de los lobos, la evidencia científica disponible nos indica que la gestión letal de individuos está contraindicada si el fin que se persigue es el de reducir sus poblaciones», llegan a asegurar en el documento.

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Lobo ibérico. © Shutterstock

Esas poblaciones a las que defienden, a lo largo de 2022, acabaron con casi 12.000 animales de ganado. Esta cifra se establece tan solo teniendo en cuenta los datos registrados en cuatro comunidades autónomas: Castilla y León, Asturias, Cantabria y Galicia.

Alemania, por su parte, dio luz verde a «eliminar varios animales de una manada o incluso una manada de lobos entera» con solo una oveja herida. En Francia han solicitado que se permita el control de las manadas y la caza de algunos ejemplares previamente a los ataques de los lobos, ante un aumento de su población de un 114%.

Asimismo, Suiza rebajó los requisitos para cazar lobos, teniendo 10 veces menos que España, y permitirá abatir ejemplares aislados siempre que hayan causado daños a seis cabezas de ganado. Sumar no hace ninguna referencia a esto ni a cómo solucionar la problemática de la especie en los entornos rurales donde depredan.

Sumar no contempla la caza para controlar la sobrepoblación de jabalíes

Sobre un problema que está afectando, y mucho, en estos momentos a España, el texto de Sumar refiere lo siguiente: «Existe una gran superpoblación de jabalíes por toda la península ibérica: más de un millón de ejemplares. Se cazan al año unos 400.000, pero aun así el problema, lejos de solucionarse, es cada vez mayor».

En esta misma línea, el documento también hace referencia a las poblaciones de gatos comunitarios, «con las cuales se ha revelado de una gran eficacia en su control el método CER (captura, esterilización y retorno)», dicen.

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Dos gatos en una foto de archivo. © Shutterstock

Ni rastro de la situación actual en la que se encuentra nuestro país respecto a esos gatos callejeros, los grandes protegidos de una ley animalista que ha hecho caso omiso a las muchas advertencias de los expertos sobre su peligrosidad.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ya alertó de que el gato montés está en una situación de preextinción en la Península Ibérica. El gato asilvestrado es una amenaza muy seria para la población de esta especie, según apuntan los expertos. De igual forma, un estudio reveló que estos también son responsables de la extinción de otras 63 especies animales.

No a la caza de jabalíes, pero sí a su esterilización

«Acciones similares deberían aplicarse con otras especies con las que compartimos espacios urbanos y periurbanos, como las poblaciones de jabalíes, palomas y cotorras. La esterilización y el control de la reproducción para combatir la superpoblación es una de las mejores medidas para reducir las superpoblaciones de la fauna silvestre y al urbana».

O lo que es lo mismo: muerte a la caza. La actividad cinegética es clave para ejercer un necesario control de especies que, como el jabalí, están generando tantos problemas en la actualidad. No mencionan tampoco el estudio de la Universidad de Cambridge que alertó de que la ausencia de esas acciones cinegéticas incentivarían una pérdida de biodiversidad ni la experiencia fallida de Barcelona donde se ha demostrado lo que ya se sabía: es imposible controlar las poblaciones de jabalí mediante la esterilización.

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Un jabalí en una carretera. © Shutterstock

Del mismo modo, la propuesta animalista obvia el estudio de la Universidad de León y el Instituto de Ganadería de Montaña sobre la tuberculosis bovina. Su autora principal, Ana Balseiro, ha demostrado que «se debe mantener y, en lo posible, incrementar la presión de caza sobre el jabalí, ya que sus poblaciones no han parado de aumentar».

Prohibir la tauromaquia adoctrinando a los niños y los medios de comunicación

«Defendemos la derogación de la Ley 18/2023, de 12 de noviembre, para la Regulación de la Tauromaquia como Patrimonio Cultural. Apoyamos una reducción de la financiación pública que la tauromaquia». «Queremos un país que protege a las personas menores de edad, alejándolas de las corridas de toros y de cualquier espectáculo que implique maltrato animal, sin programas con contenido taurino en televisión y radio durante el horario de protección infantil», expresa la formación.

«Queremos un país en el que la educación en la empatía hacia los animales sea transversal en todas las asignaturas en que ello resulte posible. Sin olvidarnos de la educación no formal: anuncios y vallas de publicidad, radio, programas de televisión, artículos en prensa, redes sociales, etc.», versa el documento.

En la misma línea, consideran que «tal y como ya se está incluyendo la perspectiva de género en todos los ámbitos de la sociedad, entre ellos, los medios de comunicación como agentes de enorme importancia para la difusión de la información y visibilización de realidades sistemáticamente ocultadas, es igualmente necesario incluir también la perspectiva animal. Debe ser visibilizada por los medios de comunicación».

Dicho en otras palabras, su objetivo es controlar la educación y los medios de comunicación y adoctrinar desde ellos, imponiendo su ideología animalista, como ya han hecho desde Unidas Podemos.

Un ataque directo hacia los ganaderos españoles

«Los modelos ganaderos dominantes han demostrado generar, de forma paralela, efectos perniciosos, como contaminación del aire y el agua, sobreexplotación de recursos y abuso de antimicrobianos. Queremos liderar esta transición hacia una carne más sostenible, más verde y más ética y promover un mayor consumo de legumbres, frutas, verduras y hortalizas entre la población. España puede ser líder como país productor de carnes vegetales».

Vacas caminando por una carretera. © Shutterstock
Vacas caminando por una carretera. © Shutterstock

«Es conveniente que la ciudadanía en general se comprometa a reducir las raciones semanales de carne, así como moderar la ingesta de lácteos y aumentar las raciones semanales de legumbres», puede leerse.

La primera es una acusación directa a los ganaderos de nuestro país por, según asegura la formación sin nada más que su palabra, contaminar con sus animales. Destacan que es necesario reducir la producción de carne y pretenden gobernar para que la población se comprometa a consumir menos este alimento e introduce un nuevo concepto que desafía al diccionario y al sentido común el de «carne vegetal».

En este sentido, es importante recordar que un número especial de la revista Animal Frontiers publicó la advertencia de cerca de mil expertos. Con ella informaban que la carne es un alimento «crucial» en la salud de los humanos y pedían fin al «fanatismo» por las dietas vegetarianas y veganas.

Sumar continúa la guerra de Aída Gascón contra los perros de caza

El partido de Yolanda Díaz mantendrá su empeño en incluir a los perros de caza en la ley animalista, la cual considera tan «laxa como ineficaz, sin garantizar, en ningún caso, su bienestar». Para Sumar la protección de los animales empleados en la caza «hace depender en último término de lo dispuesto por los propios sectores implicados (por ejemplo, las federaciones deportivas), en lugar de regularse y someterse al control público». Y especifica: «Defendemos que la legislación proteja a todos los animales de la misma especie por igual, incluyendo a aquellos que sean utilizados en actividades profesionales, específicas o deportivas, salvo en aquellas actividades que sean de vital importancia para la sociedad». 

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