La situación crítica del campo debido a la ardua sequía que estamos atravesando también afecta, de forma directa, al sector cinegético y a uno de sus animales ‘estrella’: la perdiz roja (Alectoris Rufa). Esta especie, que ya estuvo amenazada en el año 2021 debido a una propuesta del Comité NADEG de la Comisión Europea (CE) con la que se iniciaba un proceso para intentar prohibir su caza debido a la bajada de su población, se verá ahora más afectada aún debido a la proliferación de la cosecha en verde, más rentable para el sector agrario en época de sequía.

Y es que a la falta de precipitaciones y las elevadas temperaturas de los últimos días se han unido a las heladas nocturnas registradas hace unas semanas en buena parte del país -especialmente en el norte-, lo que ha ocasionado que el cereal no continúe su ciclo vegetativo y que las expectativas para la cosecha sean «calamitosas» -como así denunciaron esta semana sindicatos agrarios como Coag-. Esto está haciendo que muchos agricultores se decanten finalmente por la siega en verde ante las nulas previsiones de la campaña. 

Los corros de cereal que están prácticamente secos en muchas parcelas -y que, aunque llueva copiosamente en mayo, será muy difícil su recuperación- están haciendo que miles de agricultores tomen de forma masiva esta decisión. La sequía del invierno, acompañada de temperaturas suaves y un final de primavera lluvioso, han hecho que los sembrados varíen en función de diferentes parámetros de manejo, pero sobre todo rente esta cosecha de cereal en verde -enfocada al alimento animal-. Pero, ¿en qué afecta todo ello a la población de perdiz?

Así afecta la siega en verde a la época de cría de la perdiz roja

Perdiz roja.
Perdiz roja. © Shutterstock

Como hemos venido narrando en este medio en los últimos años, las siembras son un refugio fundamental para las perdices durante la primavera, su época de cría, y si se cosechan demasiado temprano -una práctica cada vez más habitual en los últimos años- los nidos pueden ser arrollados por las cuchillas y las polladas que ya hubieran nacido pueden quedar expuestas a depredadores como las cigüeñas.

En múltiples ocasiones, el sector cinegético ha advertido de la importancia de cosechar más tarde, y en el caso de hacerlo antes, comenzar la labor de recolección o siega de forrajes circundando el campo de cultivo en una primera vuelta y continuando desde el centro hacia los lados, abriendo un pasillo de escape para los animales, que son espantados del centro hacia los márgenes, y disminuyendo así el riesgo de que sean atropellados por cosechadoras, empacadoras y segadoras.

Pero, hasta ahora, pocos son los agricultores que se han decidido a hacerlo y, en el caso de que ejecuten esa cosecha tardía, es porque una zona ZEPA le obliga a ello, como el caso de un coto del municipio ciudadrealeño de Campo de Criptana, en el que se ha prohibido recolectar grano antes de julio durante tres años y ya ha tenido gratificantes resultados en cuanto al crecimiento de la población de perdices se refiere.