Adelaida Sánchez Domínguez, madre del jovencísimo cazador Toñi López, acompañaba a su hijo y a su marido este domingo a dar un paseo por los alrededores de la localidad de San Esteban de la Litera (Huesca) cuando se toparon con una imagen que, por desgracia, es común en muchos de nuestros cotos: la de dos corzos a punto de morir ahogados en un canal.

«Íbamos paseando para ver perdices y otros animales, ya que mi marido y mi hijo son cazadores, cuando de repente vimos la dramática escena», explica Sánchez a la redacción de Jara y Sedal. En un primer momento llamaron al Servicio de Emergencias 112 para ver si le prestaban algún tipo de solución, pero les hicieron «caso omiso» a pesar de que, en primera instancia, les aseguraron que les «mandarían a alguien».

Denuncian el «caso omiso» de las autoridades

Otra imagen del rescate de uno de los corzos. © A. R.

«Dijeron que mandarían a los forestales, pero no vinieron», asegura Adelaida. Por ello, se pusieron manos a la obra para tratar de rescatar a los dos cérvidos: «A los 10 minutos logramos sacar a unos de los corzos guiándolo; el otro estaba muy exhausto y no podía salir. Como vimos que no venía nadie, intentamos que el otro corzo se viniese con la ayuda de una cuerda y un palo; al final me tumbé en el suelo y se me fue acercando hasta que lo cogimos de las orejas y las patas y lo sacamos», describe.

Sánchez expone que «al final se salvaron los animales, pero el segundo estaba bastante herido y tuvimos que estar casi dos horas reanimándolo. En ese tiempo no vino nadie», se lamenta. Denuncian que «este tipo de construcciones son un peligro para la fauna silvestre; estando allí con el corzo, pasó un ciclista y nos dijo que no era la primera vez que ocurría, sino que pasa comúnmente en la zona y no se toman medidas», concluye.

Otros rescates de corzos por parte de cazadores y pescadores

Izqda, Miguel duranta el último rescate. A la derecha, tras otro rescate similar el año pasado © JyS

Los canales de agua que no tienen salida son auténticas trampas de muerte para la fauna silvestre, que cae a ellos y no tiene más escapatoria que morir ahogada. Pero cazadores y pescadores, que demuestran día a día su respeto por la naturaleza, no dudan en echar una mano a animales en peligro como el de este otro vídeo, en el que un pescador salva la vida a una corza que había caído en un canal. O también el caso del cazador conquense Miguel Huerta, de 26 años de edad y presidente del coto de caza del municipio de El Picazo, que rescató hace unos meses a una corza que habían caído al agua en su coto y estaba a punto de morir.