Se llama Mario Márquez y el pasado mes de septiembre de 2020, con solo 11 años, protagonizó una de las sevillanas más emotivas que el mundo de la caza recuerda.

La canción, titulada ‘El campo y la cacería’, trata en primera persona los recuerdos de un niño sobre su abuelo cazador y de cómo le inculcó la pasión por la caza y por diferentes modalidades como la montería, la caza de zorzales en puesto fijo o la perdiz con reclamo.

La letra y música son de Enrique Olaya Lirola y ha sido producida por Marbe Producciones.

YouTube video

La historia de Mario Márquez

Mario Márquez es un niño que vive en la localidad gaditana de Arcos de la Frontera y, aunque la afición por el mundo cinegético le viene gracias al padre de un amigo del colegio que en ocasiones se lo ha llevado de caza, su padre José María Márquez también le ha infundido la pasión por él.

Cuando este pasado miércoles hablamos con el pequeño, lo sorprendemos camino de Canal Sur, donde se dirige para grabar una gala especial tras su éxito en el programa ‘Tierra de talento’, de la misma cadena televisiva. En esta ocasión, graba con Paco Candela y María Villalón.

«Desde pequeño me gustaba cantar. Me apunté a una escuela de cante y me inicié en ese mundo. Poco a poco me fui apuntando a escuelas con más nivel y así hasta hoy», dice tras haber pasado por las cámaras del ente televisivo regional, cuya actuación ha acumulado ya más de medio millón de reproducciones en YouTube:

«Me gustaría llegar a lo más alto: canto de todo, lo que me echen, pero en especial sevillanas y flamenco», sigue expresando el joven en declaraciones a Jara y Sedal. «Mi pasión son el cante y la caza y seguiré persiguiendo esa meta de poder dedicarme a esto por completo dentro de unos años», afirma este pequeño cantante con las ideas muy claras.

Letra de ‘El campo y la cacería

I.

La caza y la montería
Mi abuelo me la inculcó
Y a tirar en la batía
También a mi me enseñó
(También a mi me enseñó)

A afinar la puntería
Disparando a los zorzales
Y a las claritas del día
Cazar los patos reales.

II.

Con mi padre me sentaba
En un puesto de perdiz
Rompiendo la madrugada
El sol veía salir
(El sol veía salir)
Siempre era un tiro certero

Cada vez que él disparaba
Al lao de su perdiguero
Que la presa le buscaba.
Apenas sabía yo andar

III.

Y ya a caballo montaba
Pa encerrar en la alambrá
Al ganao que se escapaba
(Y a cambiar las herraduras)

Desde chico me enseñaron
A cambiar las herraduras
A poner bien el bocao
Y la cincha en la montura.

IV.
Un becerro en la dehesa
Que me gusta capear
Sintiendo esa pureza
De la lucha en libertad
(De la lucha en libertad)

Sin tablas ni burlaero
Un revuelo de capote
Dónde cambio el fino albero
Por el verde de los montes.