Miguel Fuentes Garrote, un ganadero con más de cuatro décadas de experiencia en el sector, ha recibido un nuevo y especial miembro en su familia de animales. El pasado martes, 7 de mayo, su explotación de bobino en extensivo, ubicada en el municipio de Piñuel de Sayago, en la provincia de Zamora, incorporó a un ternero bicéfalo.

Tal y como el propio Miguel ha contado a la agencia EFE, «al principio estaba de pie, normal». Sin embargo, la sorpresa llegó cuando, al mirar desde lejos que el ternero parecía haber caído con las patas mirando hacia arriba, se percataron del detalle.

«Ya según nos íbamos acercando reparamos en que no era normal», ha explicado el ganadero. «En los casi 48 años que llevo de ganadero jamás vi nada así, algún becerro sin culo sí, pero como esto nada», ha confesado.

La madre del ternero bicéfalo es una vaca de «unos 15 partos»

En la explotación hay un centenar de hembras reproductoras y la madre de este característico ternero, según ha detallado Miguel, es una vaca que ha tenido «unos 15 partos y siempre ha criado a todos los terneros, no se le ha muerto ninguno».

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Tiene dos cabezas, dos bocas y cuatro ojos y «ganas de vivir», ha garantizado el ganadero sobre el ejemplar de mestiza de limusín con blonda. «Tú la ves y aparentemente ella aguanta, abre las dos bocas, se lame con las dos lenguas y no puedes evitar pensar, qué caso más extraño», ha detallado.

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Sin embargo, sus esperanzas de vida son muy escasas y, de hecho, los veterinarios de la zona han recordado otro caso a 10 kilómetros de este municipio, que tuvo lugar hace más de dos décadas. En su caso, el ternero duró «ocho días» y lo cierto es que este tipo de ejemplares suele morir tras el parto.