Existen en el mundo importantes figuras de la historia internacional de las que, probablemente, no tenemos toda la información que nos gustaría. Es el caso, por ejemplo, del francotirador Christopher Kyle, más conocido como Chris Kyle. Nacido el 8 de abril de 1974 en Odessa, municipio tejano donde pasó su infancia entre animales y armas en la granja familiar, siempre estuvo ligado a su estado natal, Texas.
Su relación con las armas empezó muy pronto. Tanto que a los ocho años le regalaron la primera: un rifle Remington 700 en calibre .30-06 Springfield gracias al que se iniciaría en la caza junto a su padre. Después de él llegó una escopeta y de nuevo, junto a su progenitor, protagonizaría sus primeras salidas tras los faisanes o los ciervos.
Fue su afición por la caza la gran responsable de que fuera desarrollando una gran destreza en el manejo de las armas. Unos años más tarde, confesó en su libro autobiográfico ‘American Sniper’ que había amado las armas desde su infancia. Intentó ganarse la vida como cowboy de rodeos y sufrió un grave accidente que le dejaría secuelas en su brazo.
Pese a eso, en el año 1999 decidió alistarse en la Armada de los Estados Unidos, donde continuó hasta su retirada del cuerpo de élite de los SEAL en 2009 para intentar salvar su matrimonio. Su esposa, Taya Studebaker-Kyle le dio un ultimátum tras su expedición a Irak. Fue la última.
Sus bajas confirmadas
Una vez anunció su retiro, este gran navy seal, por sus portaciones y su altura de 1,88 metros y peso de 104 kilogramos, acumuló un total de 160 muertes certificadas por El Pentágono. Cuando regresó de su última misión fundó una empresa de seguridad privada, bajo el nombre ‘Craft International’ con la que se ganaba la vida.
Asimismo, ‘La Leyenda’, como lo conocían el resto de marines, ayudaba a los veteranos de guerra a salir de los problemas de adaptación que sufrían tras volver a sus vidas en suelo estadounidense. De este modo, acostumbraba a llevar a sus compañeros ya retirados al campo de tiro o a cazar con él.
No solo se dedicaba a estas dos labores, sino que el francotirador norteamericano también escribió su autobiografía ‘American Sniper’. En ella relataba sus muchas historias sobre lo que vivió en sus expediciones militares en Irak.
El arma que utilizaba Chris Kyle
En concreto, durante sus incursiones militares hizo uso de dos tipos de rifle que, tal y como relató, escogía en función del posible escenario que se iba a encontrar en las zonas de conflicto. A esto añadió que tenía en cuenta cuál podría llegar a ser la distancia máxima de disparo a efectuar. Así, siempre se mantuvo entre el calibre .300 Win. Mag. y el .338 Lapua Mag.
Kyle aseguró que el Remington 700 en el calibre .300 Win. Mag. se trataba del que más fiabilidad le había demostrado. De hecho, el .300 Win. Mag. es uno de los calibres más utilizados para fines cinegéticos, llegando a ser efectivo a casi 1.200 metros bajo manos expertas. En este sentido, el propio francotirador lo había utilizado para tales fines, aunque su arma de ‘trabajo’ llevaba implementadas una serie de costosas mejoras que no suelen estar al alcance de la mayor parte de los cazadores.
Lo cierto es que ‘La leyenda’ destacaba entre estas mejoras las miras Nightforce por su gran óptica y su resistencia a situaciones adversas. Redujo, además, la resistencia del gatillo, pues aseguraba que le gustaba ser sorprendido por el disparo y no tirar del arma a la vez que del gatillo. Continuando con las bondades que le ofrecían estos dos calibres, Kyle destacaba del .300 Win. Mag. su magnífica precisión y su gran poder de parada.
Respecto a ello advertía que «cualquier objetivo a 1 kilómetro o incluso más lo puedes abatir con facilidad gracias a este calibre». Para sus últimas expediciones, por otro lado, le entregaron un rifle táctico McMillan TAC en .338 Lapua Mag. y Kyle quedó maravillado con este calibre.
«Usé este calibre en mi último desplazamiento. Lo hubiera utilizado más si lo hubiera tenido antes», contó en su libro. «Las balas tienen mayor alcance y es más suave que el calibre .50; pesa menos, cuesta menos y hace más daño. Son armas fantásticas».
Tanto fue así que su récord de distancia en un abate lo consiguió con este calibre, logrando hacer blanco en su adversario a más de 1.900 metros, y teniendo en cuenta que el .338 Lapua Mag. alcanza su máxima efectividad a menos de 1.700 metros este disparo alcanza mayor valor.
El disparo, en concreto, lo efectuó a las afueras de Sadr cuando se encontraba cubriendo a un convoy desde la distancia. En ese momento, según detalló Kyle en su autobiografía, vieron movimiento sospechoso que intentaba atentar contra el convoy, se trataba de un hombre escondido en un tejado portando un RPG –lanzagranadas-.
Es debido a acciones como esta que Kyle se granjeó el sobrenombre de ‘El demonio de Ramadi’ entre la insurgencia irakí. Un total de 80.000 dólares, aproximadamente 70.500 euros, llegaron a ofrecer las tropas enemigas por la cabeza de este soldado. A la consolidación de este apodo también contribuyó un duro suceso en el que el francotirador tuvo que optar por derribar a una mujer que iba acompañada de un niño porque portaba una granada y se dirigía contra una patrulla de marines.
En cuando a estas acciones, explicó que eran su deber: «No lo lamento, esa mujer ya estaba muerta y yo tenía que asegurarme que ella no se llevaba a ningún marine por delante». Su estancia en los SEALS no fue, ni mucho menos, una cruz con la que cargó toda su vida. De hecho, la valoró como «los mejores años de mi vida».
La muerte de Christopher Kyle
Sin embargo, la vida tenía un radical cambio de planes que llegó de manera inesperada el 2 de febrero de 2013. Kyle se disponía a pasar una tarde en el campo de tiro de Glen Rose en Texas junto a su amigo íntimo Chad Littlefield y al veterano Edy Ray Routh. Por su parte, este último había pasado por varias fases de trastorno mental tras haber vuelto de la guerra de Irak, e incluso llegó a estar internado en un hospital de salud mental, no obstante aún le permitían manejar un arma.
Ante esto, Kyle intentó ayudarle como al resto de ex marines que había salvado de una peor suerte. Como siempre, Littlefield le ayudaba en estas tareas. Sin embargo, aquel día ambos notaron que algo no iba bien con Routh desde que le recogieron en su casa, incluso el propio Kyle le mandó un mensaje telefónico a su amigo para advertirle de la tensa situación que los esperaba diciéndole que debían «vigilarse las espaldas».
Con un expediente médico que apuntaba brotes de esquizofrenia agudizados por el consumo de alcohol y cannabis, Routh acabó aquella fatídica tarde con la vida de Cristopher Kyle y de Chad Littlefield, de 38 y 35 años respectivamente. De esta manera, terminó con la vida del francotirador más efectivo de la historia y se alargaba hacia la eternidad ‘La Leyenda’, dejando una viuda joven y dos hijos. Desde el año 2015, y por decisión unánime de un jurado, Edy Ray Routh cumple cadena perpetua en una cárcel estatal.
La mujer e hijos de Cristopher Kyle
Refiriéndonos a su vida amorosa y familiar, Chris Kyle contrajo matrimonio en 2002 con Taya Studebaker-Kyle. Con ella tuvo dos hijos: Colton y McKenna.
Después de la muerte de Chris, su esposa puso en marcha la Chris Kyle Frog Foundation, una organización sin ánimo de lucro creada para continuar con la ayuda que venía ejerciendo Kyle durante sus años de retiro a los soldados retirados y a sus familias, que pasan por problemas de adaptación después de la guerra.
De la misma manera, Taya también ha querido expresar su amor hacia él de una manera muy especial. Tras conocer el veredicto del juzgado hacia Routh, el asesino de su marido, la viuda del francotirador decidió hacer algo que relajaba mucho a Chris. Decidió sumergirse en una de sus pasiones, la caza. En colaboración con los fabricantes de armas Weatherby organizó un viaje para cazar un antílope que inmortalizó en un vídeo.
Era conocedora de la paz que le transmitía a Kyle estar rodeado de naturaleza sin el menor ruido mundano de la ciudad, solos él y su arma. Por eso, ella misma quiso experimentar en su propio cuerpo esa sensación, aunque tuvo algo más de compañía. Un tiempo después, ha relatado que sintió una conexión especial con su marido a través de esta pasión.
Sus hijos no la acompañaron en esta ocasión, como en el resto de homenajes a su padre, pues ella sentía que era algo íntimo entre ella y Kyle, ya que nunca lo acompañó en vida en sus salidas de caza.
Su funeral
Es una realidad que, a lo largo de su vida, Kyle despertó una enorme admiración en la población norteamericana. Era un patriota que había salvado a su país combatiendo al enemigo en Irak y, por esta razón, en su funeral no quisieron dejarle solo y le rindieron los máximos honores, dignos de un jefe de estado.
Fue en el Cowboy Stadium de Arlington donde instalaron la capilla ardiente de Kyle. Allí acudieron miles de personas, civiles y del cuerpo, de todo el territorio nacional los que le rindieron homenaje y lloraron su muerte. Una vez terminó el multitudinario homenaje, una comitiva fúnebre lo trasladó hasta el cementerio estatal de Texas, donde está enterrado. A su paso, fueron encontrándose con miles y miles de muestras de cariño hacia la familia del fallecido.
A partir de ese momento, el gobierno tejano estableció el día 2 de febrero como el día de Chris Kyle para honrar la memoria del veterano que en tantas ocasiones arriesgó la vida por su país y sus compatriotas.
Algunas películas y libros sobre la vida de Chris Kyle
Los medios de comunicación se han llenado de noticias sobre Kyle. Incluso él mismo, en sus últimos años, dio multitud de conferencias y entrevistas. A pesar de todo, si hay algo que queda para la posteridad son sus libros y películas.
Podemos destacar que el libro más importante sobre la vida del francotirador más famoso de los Estados Unidos fue el que escribió él mismo. Nos estamos refiriendo a su autobiografía, ‘American Sniper’. En concreto, esta obra, en la que relata sus vivencias en la guerra de Irak y su vida como marine, no tardó en ser traducida al castellano con el título ‘El francotirador: Memorias del SEAL más letal de la historia (Memoria Crítica)’.
Esta obra ha sido llevada al cine por el prestigioso director Clint Eastwood, consiguiendo con ella hasta seis nominaciones a los premios Oscar y alzándose con el de mejor edición de sonido, si bien es cierto que recibió algunas críticas por ciertas escenas que no fueron del agrado de la crítica. El trabajo fue un éxito y a día de hoy es una de las más demandadas dentro y fuera de Estados Unidos.
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Taya también decidió escribir, con posterioridad, una obra en la que narra sus momentos más felices junto a Kyle y que se titula ‘American Wife: A Memoir of Love, War, Faith, and Renewal’.
Por último y siguiendo la misma línea, también cabe destacar la cantidad de objetos y merchandising que actualmente se siguen vendiendo con motivos como su apodo, ‘La leyenda’, o incluso relacionados con su pasión por la caza. En este sentido, podemos encontrar desde modelos de arcos para caza con motivos referentes a Chris Kyle hasta ropa con la imagen de Chris Kyle, el francotirador más letal de la historia.