El joven cazador cacereño y estudiante para agente forestal Antonio Blanco, de 25 años de edad, protagonizó la pasada semana junto a varios compañeros el rescate de una perra de caza que había quedado atrapada a orillas del río Guadiana. El can, de raza braco alemán que fue salvado de una muerte «casi segura», como así explica Blanco a la redacción de Jara y Sedal, ya se encuentra junto a su dueño.

Todo comenzó cuando hace una semana los jóvenes salieron durante un descanso al exterior y se encontraron con la perra en apuros: «Estamos estudiando para agentes forestales, el grado superior, en Valdivia. Solemos venir en los descansos a una zona del río Guadiana y ahí nos encontramos con la escena», recuerda Blanco.

Dos días atrapado en el Guadiana

El perro ladraba en la orilla de enfrente, «y pensábamos que se habría quedado en alguna batida de fin de semana allí», por lo que no le hicieron demasiado caso. Al día siguiente, se percataron cómo el sonido del can llegaba con menos fuerza, y fue entonces cuando decidieron ir en su busca: «Nos perdimos las dos horas después de clase, cruzamos el río y dimos con ella. La perra llevaba metida desde el domingo por la mañana, a media barriga de agua, y pasándolo muy mal», expone el cazador.

«Nos agarramos unos a otros, la sacamos y nos pusimos en contacto con el Seprona, que vino, le miraron el microchip y se la devolvieron a su dueño», relata. Éste había estado buscándola durante todo el domingo, pero no había podido dar con ella. Según añade Blanco, el propietario y su perra habían participado en una suelta de faisanes y el can se perdió tras correr a cobrar uno de ellos.

Otro rescate similar: un perro de caza cae a un pozo y su dueño se juega el tipo para sacarlo

Un perro de caza cae a un pozo y su dueño se juega el tipo para rescatarlo
Varios momentos del rescate del podenco. © YouTube

El pasado año varios cazadores perdían a uno de sus perros durante una montería celebrada en las cercanías de la localidad ciudadrealeña de Valdemanco del Esteras. Al final de la jornada cinegética uno de los rehaleros echó en falta a un podenco cruzado con mastín y, tras varias horas de búsqueda, finalmente dio con él en un pozo gracias al collar GPS que llevaba instalado.