El cazador catalán Fernando Álvarez es, desde hace varios años, aficionado a una caza tan peculiar como necesaria en muchos cotos españoles: la de la urraca. Aunque esta ave se puede abatir en gran parte de las comunidades autónomas de nuestro país, hay otras que, dado que su presencia no es tan abundante, no se permite su control cinegético. No obstante, todos aquellos cazadores que cuentan con sobrepoblación de urracas en sus cotos conocen de primera mano el daño que esta ave puede llegar a hacer comiéndose perdices, polluelos, huevos y hasta lebratos o conejos de corta edad.

‘Juanita’, como así se llama su gavilán hembra, sale cada fin de semana junto a su dueño a cazar urracas en el coto social de Ripollés, en la provincia de Gerona: «Ha sido dos veces campeona de Cataluña y de España en captura de pequeñas aves, en concreto de codorniz», explica su dueño a Jara y Sedal.

«Abatir urracas en cotos sobrepoblados de esta especie es ganar en perdices, conejos o liebres para el futuro»

Álvarez detalla que los miembros del citado coto están «muy contentos» de que él salga a cazar urracas: «No me cobran nada en el coto porque entienden la importancia de lo que hago; al fin y al cabo capturar urracas es ganar en perdices, conejos o liebres para el futuro», pone en valor el cazador catalán.

«Sobre todo, hay muchos lugares en los que las escopetas no pueden entrar, porque son zonas de seguridad y nosotros sí podemos volar allí las aves, por eso es tan importante el control de urracas de este modo», describe.

¿Cómo se enseña a un gavilán a cazar urracas?

‘Juanita’, el gavilán de Fernando Álvarez, tiene cinco años de vida, y sin duda el más importante fue el primero para enseñarla a cazar urracas: «Desde que es muy pequeña, le pongo un señuelo imitando una urraca. Por ello, desde entonces ya relaciona esa silueta negra y blanca como señal de alimentación. Cuando ya ha madurado y puedes empezar a volarla y a cazar, empiezas a proporcionarle algún lance sencillo para que ella coja confianza, las capture y se le recompense», detalla Álvarez.

Poco a poco va aprendiendo hasta que consigue capturar urracas grandes y fuertes: «El gavilán, sin duda, hace una labor importante en cuanto a zonas de seguridad, en las que las urracas se amontonan a cientos y se aprovechan de los huevos, los pollos, los gazapos… todo de lo que tengan oportunidad. Es una manera de tenerlas a raya», defiende el cazador.

El cuidado de un gavilán

El buen cuidado del gavilán es otro de los secretos para continuar practicando muchos años esta modalidad con ellos, si bien es un animal muy rápido que puede sufrir percances: «Los gavilanes son muy delicados, pero pueden vivir diez años perfectamente. Hay de más edad, pero como son pájaros tan nerviosos, pueden tener algún accidente y que ya no puedan hacer la función de cazar», describe Álvarez.

En época de caza, «ellos viven en un posadero. Cuando termina el final de temporada, los engordas, los sueltas en el voladero y hasta la próxima temporada están tranquilos ahí», añade.

¿Qué come un gavilán en cautividad?

Álvarez, en cuanto a la alimentación de un gavilán en cautividad, explica que no coge carne que haya cazado una escopeta porque, si se les metiese un perdigón dentro, mueren. «Compro la comida en una granja y, además, las presas que cazo las congelo para que se las pueda dar a lo largo de la semana», sigue explicando.

¿Cuántas urracas caza un gavilán a día?

Al día, explica por último Álvarez que un gavilán caza una única urraca en condiciones normales: «Yo suelo dejarle cazar una urraca al día solamente, porque la del gavilán y la de la urraca es una captura muy igualitaria, por lo que yo hago captura y a casa. Si hay alguna muy fácil, suelo hacer dos, pero no es lo común», concluye.

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