Los cazadores saben que el jabalí es un asiduo visitante de charcas o arroyos en busca de barro en el que hozar y darse un buen baño para después eliminar el exceso de lodo en los árboles adyacentes. Son capaces de recorrer varios kilómetros en una noche con tal de acudir a su baña preferida, si bien no es sencillo grabar a un mastodóntico animal como el siguiente durante su particular acicalado.

Muchos animales disponen de glándulas sudoríparas para regular la temperatura corporal. En cambio, el jabalí carece de ellas, por lo que los baños de barro le ayudan a tal efecto. Cuando un jabalí se restriega en el barro, este cubre su piel creando una capa artificial que le permite aislarse de las altas o bajas temperaturas. Además, esa misma protección artificial le protegerá de las picaduras de los insectos como un ‘repelente’ natural.

El vídeo del siguiente jabalí, filmado por Monteros Ribeira Sacra, cuenta en tan solo un día con cerca de 4.000 reproducciones, y en él se puede apreciar la curiosa forma con la que un gran jabalí o ‘vakamulo’ -como se les conoce en la parte de Galicia donde ha sido grabado- frota sus jamones en el tronco de un árbol, un comportamiento que, además de todo lo citado, les sirve para marcar el territorio, dejar su olor corporal en la zona como parte de su estrategia durante el ciclo de reproducción o simplemente rascarse.