El Tribunal Supremo confirma que el furtivismo sí es un delito (aunque no se haya abatido al animal)
El Alto Tribunal zanja el eterno debate doctrinal concluyendo que acechar o dar muerte a una especie cinegética en un coto privado de caza sin contar con la autorización de su titular es un ilícito penal subsumible en el tipo del artículo 335.2 del Código Penal y no una infracción administrativa, como hasta el momento venían considerando algunas audiencias provinciales.