Manuel Chabrera dedicó cuatro días de sus vacaciones a tratar de cazar un corzo en Cuenca. Pero no imagina que el que localizó en el último minuto iba a contar con estos curiosos colmillos. 
28/5/2019 | Redacción JyS 

corzo colmillo
Manuel Chabrera, con el corzo antes y después de cocer su trofeo. / M.C.

Manuel Chabrera, un cazador de la localidad castellonense de Villarreal, aprovechó parte de sus vacaciones para ir con su esposa a la serranía de Cuenca. Trataría de cazar un corzo, aunque conforme avanzaban las jornadas en tierras manchegas no llegaba la suerte para él. Tuvo que esperar a la ultima tarde del pasado 21 de mayo para hacerse con un animal con unos curiosos colmillos que no advirtió hasta llegar a su domicilio. 
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Con el corzo en la finca. / M.C.

Manuel estuvo cuatro días de rececho y tan sólo pudo ver un corzo macho «muy joven» y algunas hembras, todos ellos «a últimísima hora de la noche», señala el cazador a Jara y Sedal. «El último día, ya de camino al coche, me pareció ver una cuerna tras un enebro… Y allí estaba, le veía los cuartos traseros y unas bonitas puntas blancas», relata Manuel. «Sabía que me estaba mirando, aunque yo a él todavía no lo tenía controlado para el tiro», relata.
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Detalle de los colmillos tras cocerlo. / M.C.

En ese momento, el cazador intentó acercarse al corzo, pero éste «salió pitando» hacia un pinar cercano. En ese preciso momento, Manuel vio la oportunidad para disparar: «En un primer instante pensaba que no lo había tocado», nos cuenta. Pero la alegría llegó cuando vio «que iba tocado». «Aun así, corría más que el viento», relata el cazador, quien nos cuenta que pronto pudo volver a apretar el gatillo para hacerse definitivamente con el animal.
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Otra imagen de los colmillos. / M.C.

Fue un lance «de casualidad» con su rifle Browning A-Bolt Mountain Titanium en calibre .300 Winchester Magnum. Después de abatirlo, al cazador no le pareció «un corzo espectacular» –sigue relatando-, porque «era muy pequeño de cuerpo, aunque viejo». La sorpresa fue que cuando llegó a casa y le abrió la boca para ver la dentadura, comprobó no solo lo adulto que era, sino que «llevaba colmillos».
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El trofeo del animal recién cocido. / M.C,.

No se esperó ni un minuto y lo puso a hervir con sumo cuidado «porque imaginaba que al desprenderse la piel del paladar, «los colmillos se irían detrás», sigue explicando Chabrera. En pleno proceso de cocción, el cazador recogió los colmillos y los guardó para colocarlos bien a la hora de hacerlo «de cráneo». El cazador no quería que se perdieran, y es que aunque no es el primero que se caza con unos colmillos de este tipo, conservar un trofeo con unos caninos desarrollados como si se tratara de un muntjac, no tiene desperdicio. 

Otra corza con colmillos en enero

El conocido tirador de Bergara Rafa Carrillo, campeón de España de F-Class 600 yardas, cazaba el pasado mes de enero una corza a una distancia de 780 metros. El lance lo grabó en vídeo y este cuando los protagonistas se acercan al animal enseñan a cámara un hecho inusual: la hembra a la que acababan de disparar tenía unos particulares colmillos muy desgastados debido a su avanzada edad.
A continuación compartimos el vídeo con el gran disparo de Rafa y su posterior sorpresa al cobrar esta particular hembra de corzo: