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Juan Antonio Sarasketa – 06/06/2016 –
A dos semanas vista todo está preparado para la fiesta del día 19 en el campo de aviación de Dima. Muchos aficionados ya han hecho sus planes para ese día, algunos en familia y otros, la gran mayoría, con sus compañeros. Bien está en ambos casos. Hay como siempre buen ambiente, se respira camaradería y también preocupación por la postura radical e intransigente que el mundo del ecologismo ha adoptado contra la caza y la pesca. No están los aficionados por la labor de soportar más humillaciones. Ahora es el momento del voto y del veto, esperar y callar puede ser firmar el parte de defunción de algo que es nuestro y que nos quieren quitar. Tan cierto como que la práctica de la caza en Castilla y León está pendiente de la sentencia de los jueces a raíz de una denuncia de los ecologistas. Así como suena. Y que nadie lo desestime porque son muchos miles de cazadores vascos lo que pueden colgar la escopeta. En estos momentos de turbulencia política y en vísperas de elecciones no sería malo apuntar con nuestros votos a aquellos que vienen apoyándonos para que esos que quieren terminar con la caza y la pesca empiecen a valorar que cazadores y pescadores no son pieza fácil de cobrar. Este siempre ha sido un pueblo de cazadores y pescadores, el único sector industrial armero del Estado y el mayor ente deportivo y social. Por su carácter nunca han sido los cazadores quienes han arremetido contra el mundo del ecologismo, no, siempre han sido esos profetas de la Naturaleza los que han tomado la iniciativa. Pues bien, al parecer esto va a cambiar y van a ser cazadores y pescadores los que tomen la iniciativa. Ya vale con la bula de intocables que la sociedad y algunos medios de comunicación parece haberles otorgado. Ya vale. No van a hincar los aficionados la rodilla fácilmente. Nunca lo han hecho si estaban en posesión de la verdad. La presencia en Dima de cazadores y pescadores en este momento es vital para la continuidad de sus aficiones. Cambiemos de tercio. La temporada corcera está siendo espectacular y los campos de cereal una maravilla fruto de las abundantes aguas del pasado mes. Ahora necesitan sol y algún que otro chaparrón muy aislado.