El 20 de marzo de 2022 Madrid vivió una de las mayores manifestaciones de la historia en la capital de España. Medio millón de personas llegadas desde todas las partes de España explotaron en una marea naranja que protestaba contra las políticas animalistas y anticaza del gobierno de Pedro Sánchez. Había dos peticiones claras: que no se aprobara la Ley Animalista que entonces se cocinaba desde la Dirección General de Derechos de los Animales y que tampoco saliera adelante la reforma del Código Penal que amenazaba a la actividad cinegética. Ninguna de las dos peticiones fueron escuchadas y las leyes, redactadas a espaldas del sector, con una amplia mayoría social en contra, fueron aprobadas.

Una situación similar se vivió en la Comunidad Valenciana el pasado 6 de mayo. Ese día, 50.000 cazadores volvieron a clamar contra las políticas animalistas del Gobierno de Ximo Puig y de Pedro Sánchez, y enviaron un mensaje claro: «nos veremos en las urnas». Ayer, los partidos políticos que han gobernado sometidos por la voluntad de las minorías radicales ignorando a una mayoría silenciada se dieron de bruces con la realidad: la debacle para PSOE y Unidas Podemos fue absoluta.

El gobierno procaza del PSOE en Castilla-La Mancha se mantiene

El caso de Castilla-La Mancha es muy revelador. Emiliano García-Page ha sido uno de los pocos varones socialistas capaces de mantenerse en el poder revalidando su mayoría absoluta por la mínima. Page ha sido, precisamente, el líder del PSOE que más ha criticado a las leyes animalistas y uno de los que tiene un discurso más abiertamente favorable hacia la caza. De hecho, él fue quien presionó a Sánchez para que los perros de caza quedaran excluídos de la ley animalista.

Manifestación del pasado 6 de mayo en Valencia. © Israel Hernández
Manifestación del pasado 6 de mayo en Valencia. © Israel Hernández

La izquierda es expulsada de Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana, Extremadura y La Rioja

Lo más doloroso para el PSOE es que pierde el poder en importantes plazas como Comunidad Valenciana, Extremadura o Aragón. Como el propio Lambán reconocía ayer desde Zaragoza, el tsunami antisánchez que ha recorrido España se los ha llevado por delante. La derrota ha sido muy ajustada en Extremadura, donde el gobierno de Guillermo Fernández Vara sí se ha comprometido con la promoción de la actividad cinegética durante toda su legislatura, aunque también es cierto que ha estado ausente a la hora de plantar cara a las políticas animalistas que se cocinaban en Moncloa.

Las cosas han sido muy diferentes en el caso de la Comunidad Valenciana. Aquí, el Gobierno de Ximo Puig y, especialmente, Compromís, no ha escondido su carácter contrario a la actividad cinegética y su derrota ha sido una debacle sin paliativos que ya se presentía el pasado 6 de mayo cuando la marea naranja inundó las calles de Valencia.

Adherirse a última hora de forma parcial al acuerdo con la Federación de Caza de la Comunidad Valencia para apoyar y promocionar la caza durante la próxima legislatura no le ha servido de mucho: el enfado del sector cinegético ha sido mayúsculo y lo ha expresado en las urnas.

El auge de los partidos a favor de la caza

Las cosas han ido mucho mejor para los partidos que han dado su apoyo a la caza. Tanto el PP como VOX han sido los partidos que más abiertamente han apoyado a la actividad cinegética y quienes han intentado frenar las políticas animalistas en el Congreso de los Diputados. Este trabajo ha tenido su premio en las urnas. La formación de Santiago Abascal ha duplicado sus votos en las urnas, obteniendo más de 1,6 millones de papeletas, y será llave de gobierno en seis comunidades: Comunidad Valenciana, Extremadura, Aragón, Cantabria, Islas Baleares y Murcia.

Por su parte, el PP ha sido el gran vencedor y teñirá de azul el mapa de España arrebatando al PSOE la mayor parte de su poder. Esto puede suponer una barrera de contención para la ley animalista cocinada por Unidas Podemos y aprobada gracias a los socialistas, que entrará en vigor el próximo mes de septiembre. Sin duda, su derogación, junto a la de la reforma del Código Penal, serán claves para el electorado rural en las próximas elecciones generales que se tendrán que celebrar a final de año.

El hundimiento de los anticaza

La propuesta política de Unidas Podemos ha sido la que mayor rechazo ha generado en las urnas, llegando a desaparecer de un gran número de municipios (entre ellos Madrid) y pasando a ser absolutamente irrelevantes en las comunidades autónomas. Hay que recordar que Unidas Podemos ha mantenido un perfil muy agresivo contra la actividad cinegética y contra medios como Jara y Sedal, a quien ha amenazado e intentado censurar en diferentes ocasiones.

El ocaso de Podemos coincide con el de PACMA. El partido animalista ha mantenido su tendencia decreciente de votos en estos comicios en los que la caza ha vuelto a demostrar, una vez más, que también vota.

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