Rubén Montés dio caza con arco hace unas semanas a este jabalí en la Sierra de Segura, en la provincia de Albacete. Ahora, narra a Jara y Sedal su experiencia tras el macareno, que era «joven pero muy listo».
21/8/2019 | Redacción JyS
Rubén Montés, cazador y conocido entre los lectores de Jara y Sedal por ser el protagonista del reportaje ‘Infiltrado’ –en el que se introdujo de incógnito en la sede de PACMA-, ha abatido un enorme jabalí con la particularidad de ser en la modalidad de caza con arco. El joven de 26 años de edad se hizo con el macareno en la Sierra de Segura, en la provincia de Albacete y, aunque no era muy grande, Montés asegura que era un animal «joven pero muy listo». Ahora lo ha relatado a este medio con motivo del concurso que tiene en marcha junto a Beretta Benelli Ibérica.
El mes anterior, el joven había fallado ese mismo guarro en la baña: «El arco es muy bonito para cazar, a pesar de que en ocasiones te juega malas pasadas», confiesa. «Volví unos días después y observé que había vuelto a bañarse. El arco tiene sus pegas pero algo bueno es que no hace ruido y no se mosquean demasiado», sigue relatando.
Entonces pensó en ensayar el disparo allí mismo para asegurar el lance. Y así lo hizo. «Por temas de trabajo tuve que marcharme, y no pude esperarlo hasta la siguiente luna, pero estaba seguro de que no fallaría», admite el joven. Tras «mucho pensar en el cochino», Rubén al fin volvió al lugar y se subió al pino frente a la baña. «Estaba tranquilo, porque con la sequía, ese era el único punto de agua que quedaba por la zona», reseña.
El jabalí apareció en un momento en que la luz de la luna y la del ocaso se igualaron en intensidad, en el instante en el que ambos «se fundieron creando un ambiente extraño y los cárabos cantaban con fuerza», según relata de forma poética el joven. Cruzó entre dos matas a 200 metros: «Me preparé para recibir al cochino, pero no escuché nada más hasta dos horas después», sigue detallando Montés.
Lo peor fue que, cuando al fin se acercó, le pilló en mala postura: «Lo tenía justo debajo, y aunque lo estaba viendo, no tenía ángulo para tirarle con el arco. Así me tuvo otra hora. Ya tenía la pierna sin circulación sanguínea, el dolor era insoportable. Me tenía bien pillado y, cuando estaba a punto de rendirme… al fin se movió hacia la baña».
La luna se reflejaba en el agua y, en ese momento, el joven lanzó la flecha. «Un golpe seco y una carrera alocada. Tiré porque me tocaba, moví ficha tras esperar el turno pacientemente. Y gané», concluye Rubén tras soltar la cuerda del arco a unos cincuenta metros de distancia.
Caza con arco un zorro con un espectacular rabo
El joven Gonzalo Roca de Togores, de 22 años, no esperaba que, tras hacer la chilla durante una jornada cinegética en su finca situada en Ávila, cazaría con arco un extraño ejemplar de zorro con la cola negra. Fue hace unos meses, pero es ahora cuando recuperamos esta peculiar historia que el propio protagonista relata a Jara y Sedal.
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