No es la primera vez que vemos una escena así: un gran ciervo abandona la espesura de los montes y se interna en un pueblo. Pero el hecho de que esto se repita no lo convierte en algo normal. Desde luego no es nada habitual en ninguna parte del mundo, y mucho menos si el cérvido lo hace a plena luz del día, pero hay una pequeña región italiana en la que los venados le han cogido el gusto a hacer ‘turismo’.

Las imágenes que os mostramos han sido grabadas en un pueblecito de la provincia de L’Aquila, en los Abruzos. Sus calles ya están acostumbradas a presenciar escenas parecidas. El año pasado compartíamos una escena similar en la que un gran ciervo cruzaba con su harén por la mitad del municipio ante la mirada atónita de los vecinos. En esta ocasión es un gran macho solitario el que camina con una tranquilidad pasmosa por el núcleo urbano.

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¿Por qué se comportan así los ciervos?

Viendo esta escena es imposible no preguntarse el porqué de que un animal salvaje ande tan confiado. Posiblemente sean varios motivos los que responden a esa cuestión. En primer lugar, los pueblos de los abruzos son pequeños y están rodeados de un auténtico paraíso natural. Por este motivo, los Abruzos han sido considerados la «Región verde de Europa» puesto que alberga nada menos que tres parques nacionales, el parque Regional y 38 áreas protegidas. El turismo de naturaleza está muy extendido, por lo que los ciervos pueden estar relativamente acostumbrados a los humanos.

Por otro lado, nos encontramos en plena época de berrea. En estas fechas los ciervos macho salen de la espesura del bosque para tratar de aparearse con las hembras, que se reúnen en harenes dominados por los venados más poderosos. En el caso de este vídeo, se ve perfectamente como el ciervo cierra el grupo y camina con una tranquilidad inusual en los machos, propia de esta época de apareamiento en la que dejan a un lado su habitual carácter huidizo para centrarse en el objetivo de procrear.