Ser capturador de animales salvajes que causan sobrepoblación también conlleva sus riesgos. Y eso bien lo sabe El Pencho, el controlador de plagas más conocido de nuestro país, que a pesar de sus tonos amigables y alegres en sus vídeos, también tiene días grises en su profesión.

Hace unas semanas vivió uno de ellos y lo contó en uno de los múltiples vídeos que sube a las redes sociales. En concreto, una vieja y grande hembra de jabalí le hirió en la parte superior del labio al intentar pasarla de la jaula-trampa a la jaula de transporte a sus instalaciones, ubicadas en la Región de Murcia.

«Me habían preguntado en muchos vídeos que si nunca me habían lisiado los cochinos, pero sí. Tengo heridas en el gemelo y esta tarde esta hembra de jabalí me ha partido el labio», dice en el inicio del vídeo señalando a la cochina. «¿Qué torero o qué novillero no ha tenido un revolcón?», añade en tono gracioso tras ello.

«El animal no hace nada -dice el controlador mientras toca por encima al jabalí-, sólo que, mientras la estaba pasando de jaula, y queriendo salir hacia el otro lado, me he metido para cogerle la pata y sacarla hacia atrás y me ha pegado en toda la boca, partiéndomela», sigue detallado.

¿Por qué tiene una pezuña tan larga esta cochina?

El agricultor que avisó a El Pencho, además, venía viendo con asiduidad pisadas atípicas del jabalí: eran demasiado largas. Este hecho le llevó a pensar que se trataba de una pieza de descomunales dimensiones, y así era, pero había una razón tras ella y que El Pencho también desgrana en el vídeo: «La pezuña la lleva así porque se ha criado encerrada. La pezuña la tiene tan larga de no andar».

Un último consejo que El Pencho ofrece es no meterle los dedos a un jabalí que esté enjaulado: «Os engancha y os lisia», avisa el capturador murciano. «Nunca le metáis las manos que estos no tienen amigos», dice antes de refrescar a los animales para tranquilizarlos durante el viaje.

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