La ganadera asturiana Lucía Velasco ha publicado este domingo un reivindicativo vídeo en el que habla sin tapujos hacia el mundo de la política: «No tenéis ni idea cada vez que habláis de vacas», dice. «Hoy quiero dedicaros este vídeo a los que nos estáis apoyando día tras día para que sigamos luchando por este sector, al que no le caen más que palos, retribuciones absurdas y baches», comienza denunciando en la grabación.

«Pero también quiero dedicárselo a todos esos que decíais que hay que quitar la ganadería. Mirad, señores, esto es calidad de vida. Estos animales son felices bajando para los valles y detrás de su dueña», expone Velasco en el vídeo. «Y además, os digo que estos animales, sin nosotros, se morirían, porque hay que cuidarlos, hay que desparasitarlos; cuando van a parir, hay que atenderlos también. Esto es lo que tiene que potenciar la política: calidad del producto, mantener cultura y pueblos, y esto es lo que tiene viva a la España vaciada», añade.

«Esto es calidad de vida, esto es ser ecologista»

«Y esto os lo dedico a vosotros, porque no tenéis ni idea cada vez que habláis de vacas, no tenéis ni idea cada vez que habláis de ganadería, como escuchar al señor de PACMA diciendo que hay que quitar la ganadería en extensivo: ¿Usted sabe que si quita la ganadería estos animales se mueren? ¿Usted lo sabe, zoquete? Porque no tiene otro nombre. Esto es calidad de vida, esto es ser ecologista. Ellas hacen estos paisajes y esto es lo que tenemos que potenciar», pone en valor la ganadera asturiana.

Y prosigue hablando mientras baja al valle con las vacas: «Hoy bajo dos kilos más pero me da igual, porque me gusta lo que hago. Nadie puede presumir de ser feliz haciendo su trabajo, pero yo sí. Y a pesar de todas las restricciones que nos ponéis, somos felices y no nos quitáis la sonrisa de la cara. ¿Ustedes son felices? No, porque solo viven para sacarse los ojos unos a otros. Nosotros, sí. Porque sólo pensamos en nuestra forma de vida y en dejarles un legado a nuestros hijos y pasarle nuestras culturas y tradiciones», concluye Velasco.