El francolín negro era un ave del tamaño de una perdiz que fue muy valorada en la antigüedad. Tanto es así que se llegó a convertirse en todo un objeto de deseo para los gobernantes de la Europa medieval.

Durante siglos estuvo formando parte de la diversidad europea, después de que fuera introducida en diversos países del Mediterráneo. Sin embargo, esta especie terminó desapareciendo de dichas zonas antes del siglo XX.

Ahora, el francolín negro ha sido objeto de un nuevo estudio en el que ha participado la Estación Biológica de Doñana – CSIC. Mediante el análisis genético y la revisión de documentos históricos, este trabajo ha desvelado el origen de diferentes poblaciones mediterráneas del ave. Los resultados a los que ha llegado dicho estudio han sido publicados por la revista Integrative Zoology.

La actualidad del francolín negro

A día de hoy, la distribución del francolín negro abarca desde el Mediterráneo oriental hasta Bangladesh. Aquí existen dos grupos genéticos separados en algún punto de la costa de Irán en el Golfo Pérsico. Los autores del estudio, Giovanni Forcina y Filippo Barbanera han pasado más de 15 años buscando francolines en colecciones de Europa y el norte de África con el objetivo de analizar su material genético y relacionarlo con dos grupos conocidos.

«Los dos grupos aparecen en las muestras históricas de poblaciones introducidas, pero, sorprendentemente, la gran mayoría de los ejemplares analizados pertenecen al grupo oriental», ha explicado Forcina.

Los resultados, además, revelan que las aves se transportaron desde lugares muy alejados, concretamente territorios que hoy forman parte de India o Pakistán. «Es un hecho llamativo si tenemos en cuenta que las introducciones comenzaron hace al menos 800 años», ha añadido.

Las teorías apuntan a una subespecie oriental

En este nuevo trabajo han estudiado ejemplares preservados en colecciones científicas alemanas y francesas, pero que fueron capturados en Grecia y Argelia. Tanto en una zona como en la otra, la información sobre la presencia histórica del francolín negro era escasa y poco clara.

A pesar de ello, aún había gente que consideraba que la especie sería autóctona en ellas y que, incluso, podría haber existido una subespecie oriental, extinta en la actualidad.

Respecto a esto, el origen de los especímenes estudiados ha dejado constancia de que sí hubo francolines en Grecia y en el norte de África, pero el estudio también ha resuelto las dudas sobre su origen. Tal y como ha señalado Forcina, «los resultados muestran que tanto en Argelia como en Grecia los francolines fueron introducidos».

Así influyó la Corona de Aragón en la presencia del francolín negro en Europa

La aportación del análisis de los documentos históricos ha sido fundamental para explicar el origen de las diferentes poblaciones mediterráneas de francolín. Asimismo, trabajos anteriores ya habían planteado que los marineros portugueses habían traído esta especie desde India. En cambio, la presencia del ave en Europa es anterior al establecimiento de estas rutas comerciales portuguesas.

Sobre ello, Miguel Clavero, investigador de la Estación Biológica de Doñana y coautor del trabajo, ha matizado que «la distribución del francolín por el Mediterráneo se explica mucho mejor por las posesiones y las relaciones comerciales de la Corona de Aragón».

A finales de la Edad Media, Aragón no era tan solo la potencia marítima más importante del Mediterráneo, sino que también controlaba la conexión entre Europa y la Ruta de la Seda, mediante los puertos del Mediterráneo oriental.

El francolín negro se habría extendido desde territorios aragoneses a diferentes puntos, como el norte de África, ligados a los puestos militares españoles, La Toscana o Castilla.

© CSIC

«De hecho, existe evidencia documental del transporte de francolines desde el Levante hasta los Sitios Reales, para satisfacer el gusto por estas aves del rey Felipe II, quien quería establecer una población reproductora», ha puntualizado el investigador.

La presencia histórica de esta especie en España queda reflejada en diversos bodegones, algunos de los cuales se conservan en el Museo del Prado y en los textos de Cervantes o Quevedo.

En consonancia con lo expuesto por Clavero, este reciente estudio es un ejemplo de cómo la distribución de la fauna puede responder a los patrones geopolíticos y las relaciones comerciales de periodos pasados y una muestra de que conocer la historia puede ayudarnos a entender mejor la biodiversidad y enmarcar su conservación. Además, los resultados sobre el francolín negro tienen aplicación directa sobre gestión de la biodiversidad.


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Actualmente existen presiones para emprender una reintroducción de esta ave en Sicilia. «Sabemos, sin ningún lugar a dudas, que el francolín fue una especie introducida en Sicilia, por lo que, aunque haya desaparecido, no tiene sentido trabajar por su recuperación», ha asegurado Forcina.

Por último, dicho trabajo pone el acento en la importancia de integrar el conocimiento generado desde diferentes disciplinas, en cuando a la ecología histórica, para comprender el impacto que eventos pasados han tenido sobre los patrones de la biodiversidad actual.

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