El animalismo ha vuelto a evidenciar el nulo respaldo social con el que cuenta en nuestro país. Y lo ha hecho dejando una imagen para la historia: la de un pequeño grupo de personas pidiendo que salga adelante una ley animalista que les beneficiará gracias a la creación de un buen número de chiringuitos, frente a la imagen a la del más de medio millón de españoles que se congregaron el pasado mes de marzo precisamente para pedir que esta norma no salga adelante.

Mientras la protesta animalista del pasado sábado solo ocupaba unas pocas decenas de metros de calle, la de cazadores colapsó el centro de la ciudad y solo podía observarse íntegramente desde un helicóptero, motivo por el cual la Policía no dejó de sobrevolar la gran masa de manifestantes durante toda la mañana.

La marcha animalista, a la que se adhirieron colectivos de protección animal, gestoras de colonias felinas, organizaciones animalistas y personas relacionadas con la defensa y la protección de los animales, partió desde el Congreso de los Diputados y culminó en la sede federal del PSOE. Su objetivo era protestar por la enmienda que el PSOE ha presentado en el Congreso para dotar a los perros de caza, rehalas y animales auxiliares de caza de la ley de una legislación específica.

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Por su parte, cientos de usuarios han comentado en Twitter el estrepitoso fracaso de los animalistas, que una vez más han mostrado su nulo poder de convocatoria. Uno de los mensajes más aplaudidos en esta red social es el del usuario Ángel Soria, que hace una comparación entre el medio millón de personas del mundo rural que se congregaron en Madrid el pasado 20 de marzo y las 2.500 personas de este 24 de septiembre.

«La mitad de la gente de la foto no es de la manifestación. En cambio, esta… esta sí que fue multitudinaria. La del mundo del campo y la caza», señala en el mensaje con ambas imágenes.

Toros, caza y famosos

Se da la circunstancia de que los animalistas también se citaron el mismo día para protestar también contra los toros. A pesar de contar con la presencia de Jorge Javier Vázquez, uno de sus principales reclamos, la asistencia también fue mínima y su repercusión mediática prácticamente nula.

Dos manifestaciones que evidencian el nulo apoyo social con el que cuentan las políticas animalistas, totalmente alejadas de la sociedad civil y sus reivindicaciones.