El pasado lunes 12 de septiembre fueron aprobados por procedimiento de urgencia en el Congreso de los Diputados los dos polémicos proyectos de ley que amenazan a la caza: la ley animalista y la peligrosa reforma del Código Penal.
Si bien el Grupo Socialista en el Congreso de los diputados presentaba poco después una enmienda al Anteproyecto de la ley animalista para que los perros y animales auxiliares de caza quedasen fuera de su ámbito de aplicación, se olvidaba de la reforma del Código Penal, que es aún más peligrosa para actividad cinegética, como ya te explicamos en este artículo.
Entre otras cosas, la reforma consiste en extender la protección con la que cuentan los animales domésticos a toda la fauna salvaje, tras lo cual podrá ser castigado con penas de cárcel de seis meses a dos años y medio «quien maltrate a un animal vertebrado». Este hecho crearía una gran inseguridad jurídica para a actividad cinegética ya que, podrían darse casos accidentales -como que el perro de un rehalero capture un animal no permitido en una mancha concreta o que el águila de un cetrero se escape y capture una liebre en el coto vecino- que podrían ser considerados como delito.
Además el texto propone que a la hora de la condena actúe como agravante el uso de «armas, instrumentos, objetos, medios, métodos o formas concretamente peligrosas o dañinas para la vida del animal». Esto implicaría la prohibición de cazar con cualquier tipo de arma. Pero aún hay más: de ser aprobado también podría ser utilizado para poner fin a la caza con perros o, incluso, la cetrería, al considerar también como agravante el «haber utilizado otro animal como instrumento para causar lesiones».
Pero no solo la caza se vería afectada. Cualquier ciudadano que mate o lesione, por ejemplo, a un ratón o a una serpiente que entre en su casa se enfrenta a duras consecuencias penales, con penas de prisión, como ya te explicamos en este artículo.