En España no hay varias especies de conejo de monte, pero sí dos subespecies bien diferenciadas que han evolucionado de forma distinta según el entorno: el Oryctolagus cuniculus cuniculus y el Oryctolagus cuniculus algirus. Aunque a simple vista pueden parecer iguales, conocer cuál habita en tu coto puede darte pistas clave sobre su comportamiento, resistencia y futuro poblacional.

Dos subespecies con diferencias sutiles pero decisivas

Los pertenecientes a la familia O. c. cuniculus suelen ser más grandes y robustos; los O. c. algirus, más pequeños y de constitución ligera. Otra diferencia se encuentra en la longitud de las orejas, más largas en relación con el cuerpo en el primero y más cortas y redondeadas en el segundo. La forma del cráneo también varía: más largo y aplanado en el O. c. cuniculus, en el O. c. algirus es más corto y redondeado.

Ejemplar de la subespecie Oryctolagus cuniculus cuniculus. © Shutterstock.

El pelaje también es un rasgo diferenciador: más uniforme y claro en el O. c. cuniculus, con tonos predominantemente grisáceos, el del O. c. algirus es más oscuro y con patrones menos homogéneos adaptados a entornos mediterráneos y boscosos. Estas variaciones están ligadas a las regiones que habitan: O. c. cuniculus se encuentra principalmente en la parte noreste y centro de la Península, en áreas más abiertas, mientras que O. c. algirus habita en el suroeste, en zonas de vegetación más densa y típicamente mediterránea.


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Combinadas con variaciones genéticas y ecológicas, estas características explican por qué las dos subespecies responden de manera distinta a amenazas como enfermedades, depredadores y cambios en el entorno.

Ejemplar de la subespecie Oryctolagus cuniculus algirus. © Shutterstock.

De hecho, los resultados del estudio La paradoja de los conejos europeos en peligro de extinción considerados plaga en la Península Ibérica: las tendencias en subespecies importan, publicado en 2020,  demostraron una tendencia negativa generalizada en el área de distribución de O. c. algirus, mientras que en el área de O. c. cuniculus se observó una tendencia más estable o incluso positiva.

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