Los cotos de caza que cuentan con la presencia del lince ibérico disfrutan de mayores poblaciones de perdiz roja y conejo de monte, así como de una menor presión de depredadores oportunistas como el zorro o el meloncillo. Así lo demuestra un estudio realizado en el sur de Portugal con la participación de la Fundación Artemisan, que pone en valor al emblemático felino como un verdadero aliado del mundo cinegético.

Este trabajo científico, publicado en la revista Journal of Nature Conservation, analizó la abundancia de especies cinegéticas y mamíferos carnívoros en cuatro cotos del entorno de Mértola, donde el lince fue reintroducido en 2015. Dos de esos cotos contaban con linces reproductores y los otros dos no tenían constancia de su presencia. Los resultados fueron contundentes y sorprendentes incluso para los investigadores.

Más perdices y conejos donde hay linces

Los cotos que albergaban linces mostraban una densidad de perdices cinco veces superior a los que no los tenían. En el caso del conejo, especie clave en la dieta del lince, también eran muy abundantes en los territorios con felinos, mientras que su presencia era prácticamente anecdótica en los cotos sin lince.

Al mismo tiempo, en los cotos con linces la detección de zorros, meloncillos, gatos asilvestrados y mustélidos fue muy escasa. En cambio, en los cotos donde no estaba presente el lince, estos pequeños depredadores eran comunes. El lince, por tanto, actúa como un controlador natural de predadores, con efectos positivos en la biodiversidad y en la fauna cinegética.

Un aliado inesperado de la caza menor

Lince ibérico. © Shutterstock

Los propietarios y gestores entrevistados en el estudio aseguraron que el lince no interfiere negativamente en las prácticas habituales de gestión, como el aporte de agua y alimento, las siembras o el control de predadores con escopeta. Es más, consideran que su presencia es beneficiosa: «Cuando hay lince, se nota que hace su trabajo», señalan los propios guardas entrevistados durante el estudio aludiendo a los hallazgos de zorros y meloncillos depredados por el felino.

José Antonio Torres, investigador de Fundación Artemisan, lo resume así: «Este estudio es una prueba más de que el lince no es un problema para los cazadores, sino que es un auténtico aliado que está ayudando a la recuperación de especies de caza menor, como la perdiz roja y el conejo». Añade que «muchos cotos que casi habían tirado la toalla con la caza menor, vuelven a disfrutar de especies como la perdiz y el conejo», gracias a esta convivencia entre caza y conservación.

Un modelo exportable a España

La investigación ha sido llevada a cabo por Fundación Artemisan, en colaboración con la Universidade de Tras-os Montes e Alto Douro, el CECAV portugués y la Universidad de León. Su aplicación práctica va más allá de Portugal: los expertos destacan que esta situación es muy similar a la que se vive en España, donde el lince se ha recuperado de manera extraordinaria en comunidades como Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura o Murcia, abriendo un nuevo horizonte para la gestión sostenible de la caza menor.

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