La tensión entre ganaderos y defensores del lobo suma un nuevo episodio. En esta ocasión, ha sido Martín Fernández, un pastor que vive de su rebaño, quien ha dado un paso al frente para mostrar, con pruebas visuales, una realidad que cada vez afecta más al mundo rural: los ataques del lobo al ganado, incluso dentro de recintos vallados. Su testimonio, compartido en Instagram, ha sacudido las redes sociales y ha generado un intenso debate.

Desde hace meses, son muchas las voces desde el sector ecologista que insisten en que la presencia del lobo no representa una amenaza real para el ganado si este se encuentra protegido adecuadamente. Entre sus argumentos, destaca la idea de que una simple valla debería ser suficiente para impedir los ataques. Sin embargo, el vídeo de Martín Fernández desmonta por completo esta tesis.

Una respuesta directa desde el campo

Harto de leer comentarios que cuestionan el trabajo y la experiencia de quienes se dedican a la ganadería, Fernández ha decidido grabar un vídeo para mostrar la cruda realidad que le ha tocado vivir. En él se pueden ver los cuerpos de varias de sus ovejas atacadas durante la noche. La grabación comienza con una declaración tajante: «Mirad lo que hacen los lobitos. Ese animal tan bueno que hay mucho tonto que defiende hoy en día».

A lo largo del vídeo, el ganadero va enseñando los límites de su finca, remarcando que está «perfectamente vallada». Con tono irónico, añade: «Luego dicen que es que los ganaderos no cerramos las ovejas y que las tenemos descuidadas. Los ecologistas se ve que tienen muy cuidado a este animal, enseñado y domesticado».

La crudeza de una mañana habitual

La parte más impactante del vídeo llega cuando Fernández muestra a las víctimas. «Esto es lo que me encuentro al venir a abrir a las ovejas por la mañana», dice mientras enfoca a una de ellas, devorada parcialmente por un cánido. A continuación, continúa grabando otras ovejas muertas en distintos puntos del recinto. «Las mordidas y todas las que me faltan», concluye visiblemente afectado.

Este testimonio se suma a las denuncias que numerosos ganaderos están realizando en distintas regiones del país. Para ellos, la sobreprotección del lobo está generando un conflicto directo con la supervivencia del pastoreo tradicional, una actividad que no solo da empleo, sino que modela el paisaje y conserva el territorio.

Un debate cada vez más encendido

Este tipo de imágenes y mensajes están alimentando un debate cada vez más polarizado entre los sectores ecologistas y el mundo rural. Mientras unos defienden la necesidad de proteger al lobo como parte del ecosistema, otros exigen que se pongan límites ante el aumento de ataques a sus rebaños. Casos como el de Martín Fernández aportan una perspectiva urgente y real que muchas veces no se escucha desde los despachos.

Su vídeo no es solo una denuncia: es un grito de auxilio desde el corazón del campo, donde cada oveja cuenta y cada ataque es un golpe al modo de vida de generaciones enteras.

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