«Jamás había experimentado con tanto ímpetu el dilema de priorizar una modalidad u otra la víspera
de una jornada de campo». Así comienza relatando Juan Manuel Pérez Bartolomé el lance que vivió el pasado 26 de noviembre en un monte en la Sierra de la Demanda, cerca de Belorado, en Burgos, mediante el que consiguió cazar un increíble ejemplar de jabalí.

Allí pudo ver cómo «las evidencias del pisteo reciente de la mancha junto con la inmediatez de la presencia en la misma de los becaderos y sus infatigables perros ahuyentando a la población cochinera actuaban de contrapeso en la balanza del qué hacer».

Fue su hermano pequeño quien le convenció para olvidarse de las palomas. Entonces, a altas horas «se improvisó y conformó un quinteto de cazadores y un sexteto de perros para cumplir con lo que estipulaba la ley de caza autonómica».

Ya a la mañana siguiente, tomaron juntos el primer café y plantearon la estrategia de «cubrir la mayor superficie con un número ínfimo de rifles». «No tardó en romperse el silencio de la sierra», ha recordado. «Dos tracas continuadas, en la misma suelta, alertaron de que algún animal procuraba su supervivencia abandonando el lugar».

Un disparo a 200 metros

Eran tres jóvenes ciervos, de los que dos lograron alcanzar su objetivo. Sin embargo, con el tercero, tal y como ha narrado Juan Manuel, «existía una alta probabilidad de poder posar con él en la foto final».

«Con uno caído, los canes pronto recuperaron las posiciones de salida. Al rato, nuevas ladras. Revuelos múltiples. Distintos perros en lugares alejados, igual de motivados, delataban a la familia cochinera que huía despavorida en todos los sentidos», ha continuado el cazador.

Un «ruido escandaloso», como él lo ha definido, alertó de que «algo estaba por aparecer». De repente asomó un enorme jabalí y «con pose de gran jabalí turco se detuvo al borde del monte. El más bello que recordaba».

Tan solo unos segundos después, erizó sus cerdas y se giró sobre sus pasos. Ante esto, el cazador, a una distancia aproximada de 200 metros, le disparó con una punta SST de 180 grains del calibre .300 WM.

El cazador junto al enorme jabalí que arrojó en la báscula más de 150 kilos. © J.M.P.B.

«El reconocimiento, después de una agitada y taquicárdica carrera, fue de satisfacción total», ha querido concluir, «de sentirse bendecido y agraciado por todos los dioses de la caza juntos».

Los colmillos y amoladeras del animal ya colocados en una tabla para el recuerdo. © J.M.P.B.

Dos cuñados cazan dos enormes jabalíes el día que uno de ellos estrenaba rifle


La mejor historia de caza se premiará con un visor de punto rojo Aimpoint

Dicho lance es uno de los participantes del concurso que desde Jara y Sedal hemos lanzado en colaboración con Ardesa. La mejor historia puede llevarse un magnífico visor de punto rojo Aimpoint.

Ser uno de los que opten a este premio es tan fácil como enviarnos un email a [email protected], o un mensaje privado a cualquiera de nuestras redes sociales contándonos tu mejor historia de jabalíes, adjuntar las fotos de ese día y tu número de teléfono, además de seguir en Instagram el perfil de Jara y Sedal (@jaraysedal.es) y el de Ardesa (@ardesa.caza).