El joven cazador catalán David Dalmeda, de 22 años de edad, cazó el pasado sábado 26 de septiembre un raro corzo que tenía solamente una cuerna. Dalmeda, que fue acompañado por su padre en el rececho que realizaron en las cercanías de la localidad de Buregá, en la comarca barcelonesa de Berga, ha narrado a Jara y Sedal todos los detalles de un lance único.

La jornada comenzó a las 6:45 horas: «Aún era oscuro y no se veían bien los campos. Al llegar, vimos los dos bultos a lo lejos, seguimos el camino hacia adelante y pudimos aparcar el coche y acercarnos a ellos», comienza explicando el cazador.

«Por los prismáticos, ya vimos que teníamos el macho y la hembra en ese lugar, aunque no se veía muy claro, ya que aún estaba muy oscuro, pero dilucidamos que el de atrás era el macho. La hembra se percató de algo y salió corriendo hacia un torrente, yéndose con ella el corzo», prosigue el cazador.

El joven, con el peculiar corzo. © D. D.
El joven, con el peculiar corzo. © D. D.

Un disparo a 130 metros

Cuando estaban los dos casi juntos, a menos de un metro del torrente, el joven decidió disparar antes de que se escondiesen con su rifle Mauser M18 en calibre .300 Winchester Magnum y munición de 180 grains, a unos 130 metros de distancia.

«En el primer disparo vi que el corzo se iba campo hacia abajo, por ello quise disparar dos veces más y, con los nervios, fallé. Pero mi padre se quedó con los prismáticos observando desde dentro del bosque y vio que el corzo se tumbó en el campo. Fuimos a buscarlo con el perro y, al llegar, me di cuenta que tenía solamente una cuerna, ya que la otra que le falta estaba rota desde la roseta de un disparo anterior. Además le faltaba un trozo de oreja», asegura David sobre la peculiarísima cuerna del animal.

El corzo, con el precinto.

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Francisco, un joven estudiante de ingeniería forestal que caza junto a su padre desde que tenía 6 años, ha conseguido hacerse en un coto de Guadalajara con «el corzo más extraño» que jamás había visto. Ese día le acompañaban un amigo y su primo. Ellos, tampoco daban crédito al trofeo del animal que se les arrancó «a 10 metros». Te lo contamos en este enlace.