Se llama Ani 4×4, es amante del bushcraft, la conducción off-road y este mes se incorpora como colaboradora a Jara y Sedal. De su mano conoceremos mejor los trucos y técnicas para sobrevivir en la naturaleza más salvaje. Hemos hablado con ella para conocer un poco mejor su historia.
8/6/2019 | Redacción JyS 

Ani 4×4 durante una de sus salidas.

Nació hace casi 35 años en Armenia. No tuvo una infancia fácil. Conoció la cara más dura del derrumbamiento de la antigua Unión Soviética siendo una niña, cuando todo el mundo que ella conocía desapareció. Vio a sus padres arrancar el suelo de madera de su casa para calentarse, quemar billetes porque ya no valían nada: sólo eran papel. Y aprendió entonces que todo lo que damos por sentado puede esfumarse de un momento a otro. También hoy, en nuestra acomodada sociedad del bienestar. Ese fue el germen de su pasión por la supervivencia y el bushcraft. Por eso empezó a perderse en la naturaleza, a viajar por medio mundo acampando en sus bosques. Por eso se compró un 4×4 y adquirió habilidades para procurarse comida, agua, fuego y refugio: los cuatro elementos básicos para vivir ahí fuera. Hace años llegó a España y se asentó en Asturias, donde ha formado una familia con la comparte su pasión por el monte. Este mes, empieza a colaborar con Jara y Sedal.
P. Te has hecho popular en las redes a través de tu canal de Youtube, dedicado al bushcraft, la supervivencia, el 4×4 off-road y el mundo outdoor en general. ¿Qué te proporciona la naturaleza para que tengas esa necesidad de interactuar con ella?
R. Cuando estoy en el bosque me siento un poco niña, como si regresara a la infancia. En mi familia, en mi país (Armenia), a pesar de la dureza y la escasez que durante años se vivió, subir a la montaña o al bosque era parte de nuestra vida diaria. Y cada vez que vuelvo al bosque, ahora en Asturias, que es un paraíso natural, pues me siento un poco como si estuviera en mi casa, en mi infancia.
P. Uno de tus mejores vídeos, titulado ‘Ahora lo llaman bushcraft’ –se puede ver al final de la entrevista–, es una pequeña autobiografía en la que recuerdas a tu abuelo y reflexionas sobre la forma en la que nuestros mayores vivían en y del campo. ¿Puede el bushcraft rescatar técnicas de aquella forma de vida que hoy se va olvidando?
R. Es que eso es precisamente el bushcraft. No es un deporte, no es un entretenimiento. Es una forma de respeto hacia los que tanto nos dieron con su esfuerzo y sin tantas de las cosas que ahora nos parecen imprescindibles. Mi abuelo era uno de esos hombres que vivió épocas muy duras, llenas de privaciones. Por eso me pareció que se merecía un pequeño homenaje. Y me salió ese vídeo que es uno de mis favoritos.

«esa experiencia de que lo que damos por seguro puede desaparecer en un abrir y cerrar de ojos me ha marcado mucho a la hora de tener preparado siempre un plan b»

P. También recuerdas los duros momentos  de finales de la antigua Unión Soviética, donde naciste. ¿Cómo fue aquella época? ¿Crees que pudo influir en tu posterior pasión por este mundo?
R. En el caso de mi país, Armenia, el colapso de la Unión Soviética, además de falta de recursos básicos como electricidad, petróleo, comida, coincidió con varias guerras por lo que las cosas las recuerdo muy muy difíciles. Lo peor, sin embargo, no solo fue la escasez, las colas para conseguir alimentos o la falta de medicamentos, sino la sensación de que de pronto, casi de un día para otro, todo lo que era corriente, básico, había desaparecido. Como si el mundo se hubiera detenido sin previo aviso. Y esa experiencia de que lo que damos por seguro puede desaparecer en un abrir y cerrar de ojos me ha marcado mucho a la hora de tener preparado siempre un plan b.
P. ¿Recuerdas alguna vivencia que se te haya quedado grabada?
R. Recuerdo gente quemando dinero porque no valía nada. Gente que tiraba billetes por las ventanas. El dinero ya no servía. El final de la URSS significó que el dinero de la URSS dejó de tener valor.
P. ¿Cómo definirías la naturaleza?
R. Una madre generosa pero exigente.
P. Hablando de madre. Tienes dos hijos a los cuales te llevas al monte con asiduidad. ¿Por qué le estás inculcando esta forma de vida?
R. En el monte todo es esfuerzo. Las cosas más sencillas como conseguir madera para cocinar, tener agua, incluso andar de un sitio a otro suponen esfuerzo y trabajo que en nuestra vida moderna parece que tenemos aseguradas con solo un dedo. Y quiero que sepan el esfuerzo que en realidad supone tener esas cosas tan sencillas. Y además disfrutan a lo grande. ¡Cómo no iba a llevarlos conmigo! Forman parte de mi vida.

«La supervivencia no se busca, te encuentra. El bushcraft, por el contrario, te lleva a la naturaleza»

Ani 4×4 junto a sus hijos.

P. Bushcraft y supervivencia son dos conceptos diferentes ¿qué diferencias encuentras y cómo definirías cada uno de ellos?
R. La supervivencia en la naturaleza siempre está orientada a superar una situación extrema y regresar sano y salvo a casa. Es decir, está vinculada a la idea del rescate. Sin embargo, el bushcraft es más bien la capacidad para adaptarse y disfrutar de la naturaleza sin la necesidad de huir. Hay algo que siempre repito en mis charlas: la supervivencia no se busca, sino que te encuentra sin previo aviso, y cuando te encuentra tienes que saber afrontar la situación para salir de ella. El brushcraft, por el contrario, te lleva a la naturaleza. Es cierto que los conocimientos o las habilidades del bushcraft te ayudan también en una situación de supervivencia pero son dos formas distintas de relacionarse con la naturaleza. Al menos así lo veo yo.
P. En la era de las redes sociales han sido precisamente las nuevas tecnologías las que están popularizando el bushcraft. Se critica el ‘postureo’ de algunos que reivindican la austeridad y el salvajismo renegando de todos los avances a la hora de exhibirse en redes, pero luego disfrutan de todas las comodidades propias de la sociedad del bienestar. ¿Es incoherente practicar bushcraft y llevar una vida moderna?
R. La incoherencia no es llevar una vida moderna y practicar el bushcraft. La vida moderna consiste en disponer de una medicina moderna, de comida en abundancia y agua potable en casa, de medios de transporte rápidos y seguros… Esas cosas eran impensables hace 100 años y nadie debería ser tan inconsciente o tan cínico como para despreciar esos logros. Lo incoherente precisamente es la impostura, el disfraz, y es verdad que las redes sociales pueden favorecer precisamente ese postureo porque muchas veces se premia el impacto inmediato, lo llamativo, incluso aunque sea insensato. En Asturias tenemos una palabra, “pisapraos”,  que creo define bien a alguno que sale un día al monte, pisa un poco de verde y de pronto se convierte en experto en la naturaleza y, sobre todo, en experto en prohibir la naturaleza a los demás.
P. ¿A qué y a quién te refieres cuando hablas de prohibir la naturaleza?
R. De pronto el bosque, el monte, se quiere convertir en una especie de parque temático. Se habla mucho de ecología pero para dormir en el bosque hay que obtener un permiso, para recoger madera caída hay que obtener permiso, se utiliza el riesgo de incendios para prohibirlo todo o para que todo dependa del capricho de un burócrata. Se están poniendo puertas al campo.
P. ¿Cazas o pescas en tus salidas?                  
R. La caza o la pesca son actividades que han acompañado al ser humano desde siempre pero el pescador en mi familia es mi hermano mayor. Yo soy más de acción pero solo si es necesario.
Ani nació en Armenia, aunque actualmente reside en Asturias.

P. ¿Cuál es la situación más extrema a la que te has enfrentado en la naturaleza?
R. A 40ºC Bajo cero en Siberia o a 56ºC en el desierto todo es extremo. Un error de cálculo, una caída, la pérdida de un guante o de una gorra, pueden matarte. Sin embargo las situaciones más extremas a las que me he tenido que enfrentar no procedían de la naturaleza sino de las personas, que siempre son mucho más peligrosos que la naturaleza.                                               
P. ¿En cuántos países diferentes has hecho bushcraft? ¿Cómo de diferente y de similar puede ser la naturaleza?
R. Buff, no sabría decirte. En todos los que he estado, y he estado en muchos porque llevo muchos años viajando. Mucho antes de que existieran las redes sociales (risas). Todos los lugares son diferentes, el desierto, el bosque, la taiga, la selva, la sabana, la nieve, el calor… pero en todos esos lugares siempre hay algo que aprender de los que allí viven, de los que usan machetes para abrirse paso en la jungla o de los que construyen trineos para moverse en la nieve. Y sin embargo me he dado cuenta que las cosas que aprendí de mi abuelo, en mi pueblo, en los bosques de mi país me han servido en todas partes.
P. ¿Cuál es la principal dificultad para entrar en este mundo y practicarlo?
R. Conservar el sentido común (risas). Entrar en este mundo parece tan sencillo como ir al bosque y quedarse a dormir. Pero cuando empieza a llover, o se levanta viento, o la madera esta mojada, o el agua potable está a un par de kilómetros… o descubrimos que en el bosque la noche es negra muy negra y que el bosque tiene muchos dueños y la mayor parte de ellos tienen cuatro patas…. La cosa ya no parece tan sencilla. Por eso hay que empezar poco a poco, sin prisas, practicando las cosas con prudencia, adquiriendo conocimientos con la práctica para descubrir lo que de verdad funciona y lo que no y, sobre todo, con respeto por la naturaleza.
Los 4×4 y el off-road son, junto al bushcraft, la otra gran pasión de Ani 4×4.

P. Con todos los lugares que has recorrido… ¿Alguna vez has tenido la sensación de que podías ser la cena de otro animal?
R. Sí, la verdad. En un viaje en Transilvania tuvimos un susto grande con una jauría de perros salvajes, sobre todo porque nos sorprendieron de pronto y eran bastante bastante grandes, pero en general los animales huyen en cuanto notan la presencia humana, incluso los más grandes, como los osos, salvo que se sientan amenazados.

«Cuando las cosas se tuercen donde el asfalto termina es cuando descubrimos que sin los 4×4 no se puede llegar a los pueblos aislados por la nieve, ni rescatar a un senderista herido, ni sofocar un incendio…»

P. Otra de tus grandes pasiones es el 4×4. ¿Qué importancia tiene para ti el vehículo?
R. Es una herramienta fundamental. Quizás no nos damos cuenta pero en Europa casi todos los caminos ya están asfaltados y parece que los 4×4 son un capricho. Sin embargo cuando las cosas se tuercen justo donde el asfalto termina es cuando descubrimos que sin los 4×4 no se puede llegar a los pueblos aislados por la nieve, ni rescatar a un senderista herido, ni sofocar un incendio… Pero es que fuera de Europa, en África, en Asia Central, en muchísimas partes del mundo casi nada está asfaltado y los 4×4 son la única herramienta para que los médicos puedan visitar las aldeas o los lugareños puedan desplazarse de un lugar a otro. Mi 4×4 no deja de ser eso, mi herramienta para llegar a esos lugares únicos donde no hay nada ni nadie y en los que se puede disfrutar de la verdadera libertad.
P. Bienvenida a bordo.
R. Muchas gracias

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