Un japonés de 92 años tuvo que luchar el pasado domingo con un jabalí después de que le atacara en el campo. El hombre acabó con la vida del animal, que contaba con unos afilados colmillos, golpeándolo con una azada. 
26/3/2019 | Redacción JyS

anciano mata jabali con una azada
El hombre se defendió primero con su bastón y después con una azada cuando el suido le atacó. / WPXI

Hisao Kaito, un agricultor japonés de 92 años, estaba en su huerto el pasado domingo 24 de marzo cuando se encontró con un gran jabalí. Según ha informado WPXI el animal atacó y mordió al anciano en sus piernas, pero el hombre se defendió golpeándole primero con su bastón y después con una azada. 
Kaito ha confesado que tuvo que optar por la azada ya que su bastón se rompió cuando trababa de defenderse. El jabalí cargó contra el anciano mordiéndole en ambas piernas, pero uno de los golpes que le asestó en la cabeza con la herramienta agrícola acabó con la vida del animal, que portaba unos prominentes y afilados colmillos. El hombre fue trasladado a un hospital y según informa el citado medio afortunadamente su vida no corre peligro. 
 

Otros ataques de jabalíes

Fueron unos vecinos de la zona quienes llamaron al Servicio de Emergencias para alertar del ataque en Murcia. / La Verdad

Diversos casos de ataques o accidentes con jabalíes se han producido en las últimas semanas también en España, debido entre otras causas a la sobrepoblación de estos animales que sufren algunas zonas. Haces unos días nos hacíamos eco de cómo un motorista resultaba herido tras el ataque de un suido en Murcia.
También el pasado 18 de febrero publicábamos cómo tres jabalíes persiguieron a un adolescente en pleno casco urbano en Villafría (Asturias). El joven, de 15 años, tuvo que salir corriendo cuando una jabalina y dos crías que buscaban comida en la basura lo persiguieron durante unos metros poco después de salir del portal de la casa de su abuela.
Días antes, el 8 de febrero, otro jabalí de 80 kilos irrumpió en un instituto de secundaria de Vizcaya. El animal se encontraba en los últimos días vagando por las calles de Erandio y finalmente se introdujo en el Instituto Ategorri de la localidad.