En España, los ungulados silvestres como el jabalí (Sus scrofa), la cabra montés (Capra pyrenaica), el corzo (Capreolus capreolus) y el ciervo (Cervus elaphus) son cada vez más abundantes. Sin embargo, existe una notable desconexión entre el estado de sus poblaciones y su conocimiento científico y la percepción pública sobre estas especies. Identificar las actitudes y percepciones de los ciudadanos es un aspecto clave para la implementación de políticas de gestión de estas especies de fauna silvestre, especialmente cuando son protagonistas de situaciones controvertidas, como las que implican el control letal de individuos o la generación de conflictos con el ser humano en escenarios de sobreabundancia; ya que el éxito de una estrategia de gestión puede llegar a depender de su aceptación social.

Para una correcta planificación de la gestión de los ungulados silvestres es preciso comprender cuándo la sociedad está dispuesta a gestionar el tamaño de las poblaciones de estas especies, elegir los indicadores que aumenten las posibilidades de apoyar la gestión y detectar los factores que influyen en ella. Esto es especialmente crucial cuando dicha gestión incluye la aplicación de métodos polémicos como el control de poblaciones.

Con el fin de contribuir a una mejor comprensión de esta falta generalizada de apoyo público ante la gestión de las poblaciones de ungulados silvestres, científicos del Grupo de Investigación en Sanidad y Biotecnología (SaBio) del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), en colaboración con investigadores del Instituto de Ciencias Forestales (ICIFOR – INIA, CSIC) y el Departamento de Educación de la Universidad de Córdoba (UCO), han llevado a cabo un estudio centrado en el conocimiento y la percepción del público en general sobre la abundancia de las poblaciones de ungulados silvestres en la España peninsular.

El estudio reveló una falta de conocimiento generalizada sobre los ungulados silvestres entre la población. Más del 50% de los encuestados no sabía identificar correctamente especies como el arruí (Ammotragus lervia), la cabra montés, el corzo, el gamo (Dama dama), el muflón (Ovis aries) y el rebeco (Rupicapra rupicapra). En cambio, el jabalí y el ciervo fueron las especies más reconocidas, identificadas por el 95% y el 72% de los encuestados, respectivamente. Este desconocimiento es más evidente en las zonas urbanas, ya que los encuentros con la fauna silvestre son poco frecuentes. Por otro lado, las personas mayores y las que viven en zonas rurales demostraron un mayor conocimiento, probablemente debido a su mayor contacto con el entorno natural.

Conocimiento y percepción pública sobre las poblaciones de ungulados silvestres en España

Porcentaje de encuestados que: (a) reconocieron (o no) cada especie de ungulados, (b) percibieron (o no) situaciones de sobreabundancia (poblaciones abundantes o muy abundantes), y (c) desearían (o no) ver una disminución de las poblaciones. Los círculos con (+) y (-) indican respectivamente que las frecuencias de entrevistados con esa percepción fueron mayores o menores de lo esperado. © IREC

Aunque las poblaciones de ungulados silvestres están en general en aumento, la sociedad sólo percibe al jabalí como una especie con elevada abundancia (sobreabundante). Esta percepción está influenciada por la mayor visibilidad y los conflictos asociados con los jabalíes, especialmente en contextos urbanos, donde los encuentros negativos con estos animales son más comunes y están frecuentemente cubiertos por los medios de comunicación. A pesar de la evidencia científica de la elevada abundancia de ciertas especies, como el ciervo o la cabra montés, y de los conflictos que estas originan, más del 80% de los encuestados prefirió mantener o incluso aumentar sus poblaciones. Los resultados del estudio sólo evidenciaron un apoyo generalizado a la reducción de la población de jabalíes.

La percepción sobre la abundancia de ungulados y los conflictos que éstos originan varía según el contexto socioeconómico, de modo que en las áreas urbanas unas pocas interacciones pueden ser percibidas como alarmantes debido a los bajos niveles de tolerancia y la alta visibilidad mediática de los conflictos. Por otro lado, las variaciones en la percepción de los conflictos por contexto socioeconómico determinan el indicador (o grupo de indicadores) de mayor utilidad para guiar el manejo de estas poblaciones. Así, en zonas agrícolas y ganaderas, los indicadores más preocupantes son las pérdidas económicas ocasionadas por los daños a cultivos y la transmisión de enfermedades. En áreas urbanas, los accidentes de tráfico son el indicador principal de conflicto. Esta diversidad de situaciones y percepciones muestra la necesidad de disponer de enfoques de gestión de ungulados silvestres que sean específicos según el contexto para poder incorporar en la misma las preocupaciones de la sociedad.

De forma general, este estudio muestra la desconexión entre la percepción pública y la realidad científica sobre la abundancia de las poblaciones de ungulados en España. La falta de conocimiento y la influencia de los medios de comunicación condicionan las percepciones de la sociedad hacia los ungulados silvestres y su gestión. Es esencial mejorar la educación y promover una cobertura mediática menos sesgada para fomentar una comprensión más realista y equilibrada de la situación de los ungulados silvestres en España. La integración de las percepciones de la sociedad en las estrategias de gestión y el uso de indicadores contextuales específicos pueden aumentar la aceptación social de las medidas de gestión y mejorar la coexistencia con los ungulados silvestres en paisajes antropizados.

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