El Gobierno registó el pasado martes 2 de agosto en el Congreso de los Diputados el Anteproyecto de Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales después de que, ni siquiera 24 horas antes, este fuese aprobado en Consejo de Ministros. Y entre las numerosas críticas que ha recibido, también está la del propio ecologismo, pues la organización WWF también ha transmitido al PSOE su preocupación por el texto.

En concreto, la organización denuncia los «riesgos» que implica la «protección de colonias felinas en detrimento de especies amenazadas» y las «posibles dificultades para el control de especies invasoras con grave impacto en la biodiversidad», además de las «posibles dificultades para el uso de perros de trabajo en el campo, como los mastines que protegen al ganado».

«El necesario bienestar de los animales no debe en ningún caso incrementar las amenazas para la biodiversidad. No es ético olvidarse de otras especies menos ‘carismáticas’», añade.

¿Por qué hace esta crítica WWF?

Un gato con una paloma cazada. © Shutterstock
Un gato con una paloma cazada. © Shutterstock

En concreto, la organización critica, entre otras medidas, que se pretenda blindar las colonias de gatos callejeros, si bien se ha demostrado que son responsables de la extinción de 63 especies de animales. En este sentido, recordamos que hace unos meses un equipo de investigadores del Museo de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN-CSIC) analizó en un artículo publicado en la revista Science of the Total Environment, cómo afecta la presencia de las colonias censadas de gatos callejeros a las aves. En el caso de Madrid, donde se ha centrado esta investigación, hay un total de 1171 colonias registradas, poblaciones que reciben los cuidados de la ciudadanía.

Mario Díaz, investigador del MNCN indicaba que, al darle de comer a los gatos se favorece su expansión, pero «estas dinámicas tienen efectos también sobre otras especies» como las aves. Entre otros datos, se comprobaron que en las zonas en las que hay colonias de gatos callejeros, la distancia de huida de las aves fue un 10% mayor, y las aves se encontraban un 33% más alto, que en las zonas en los que no se alimenta a los felinos.