La Dirección General de Derechos de los Animales ha puesto en marcha recientemente su polémico Anteproyecto de Ley de Protección y Derechos de los Animales con el que pretenden prohibir expresamente el sacrificio de los gatos callejeros, si bien se ha demostrado que son responsables de la extinción de 63 especies de animales. Ahora, un equipo de investigadores del Museo de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN-CSIC) ha analizado en un artículo publicado en la revista Science of the Total Environment, cómo afecta la presencia de las colonias censadas de gatos callejeros a las aves. En el caso de Madrid, donde se ha centrado esta investigación, hay un total de 1171 colonias registradas, poblaciones que reciben los cuidados de la ciudadanía.

Mario Díaz, investigador del MNCN indica que, al darle de comer a los gatos se favorece su expansión, pero «estas dinámicas tienen efectos también sobre otras especies» como las aves. Tras el estudio, el equipo propone establecer áreas en las que no se favorezca la presencia de los gatos proporcionándoles alimento de cara a permitir la coexistencia de aves y felinos.

Analizaron la distancia de huida de 694 aves

Para esta investigación, se han centrado en el estudio de las distancia de huida de las aves ante la aproximación de un ser humano en condiciones estándar (FID por sus siglas en inglés). «Que un ave salga volando antes o después ante la aproximación de una persona nos aporta datos sobre su miedo», explica el investigador del MNCN Mario Díaz. «Que la distancia a la que huyen sea menor, es decir, si permiten que nos acerquemos más, significa que están menos expuestos a las amenazas de los depredadores y que les resulta más fácil conseguir comida y reproducirse», puntualiza.

Para este trabajo analizaron durante la primavera de 2021 la distancia de huida de 694 aves de 34 especies diferentes, comparando las respuestas en zonas con y sin colonias de gatos callejeros según el mapa que les facilitó el Ayuntamiento de Madrid.

Trabajando en áreas similares en cuanto a paisaje urbano, cantidad de gente o disponibilidad de alimentos, que tuviesen zonas próximas con o sin colonias, comprobaron que en las zonas en las que hay colonias de gatos callejeros, la distancia de huida de las aves fue un 10% mayor, y las aves se encontraban un 33% más alto, que en las zonas en los que no se alimenta a los felinos.

«Los datos recopilados confirman que las colonias de gatos aumentan el miedo en las aves, lo que disminuiría su abundancia aún sin contar con los efectos directos de la depredación», apunta Díaz. «Para las aves, una de las ventajas de las ciudades es que albergan pocos depredadores naturales como rapaces o carnívoros. Los gatos callejeros eliminan esta ventaja, con efectos negativos sobre las poblaciones de pájaros. Para que todos puedan convivir y se mantengan los niveles de biodiversidad urbana, es necesario proporcionar áreas donde no se establezcan colonias de gatos callejeros donde las aves puedan desarrollar su actividad», concluye el investigador.