El SEPRONA de Guadalajara ha propuesto para sanción a un vecino de la localidad guadalajareña de Cabanillas del Campo después de «las graves infracciones en materia de caza y uso de armas» que habría cometido al abatir un corzo en el campo de golf de este municipio, según ha informado la Guardia Civil en nota de prensa.

Los agentes fueron avisados por el responsable del recinto comunicando que el individuo había disparado al corzo desde el exterior de éste y luego se había presentado a reclamar el animal abatido. «No pensaba que la acción era tan grave», explicaba la persona denunciada a los agentes del Seprona, añadiendo que «como no había visto a nadie en el interior del campo de golf, disparó al animal sin más».

Además de haber infringido las distancias de seguridad marcadas por la legislación de Caza de Castilla-La Mancha o la prohibición de practicar la actividad cinegética en ese lugar concreto, habría efectuado un «uso negligente e incluso temerario de una arma larga rayada que ha puesto en peligro la integridad de las personas», añade la Benemérita.

Una primavera en la que los delitos por furtivismo han seguido afectando a esta especie y a la buena imagen del sector

En esta primavera, los delitos por furtivismo han seguido afectando a esta especie y a la imagen del conjunto del sector. En este sentido, recordamos cómo hace unos días una patrulla de agentes de la Policía Foral, adscrita a la comisaría de Elizondo, se encontraba realizando un control de alcohol y drogas en Ventas de ArraitzNavarra cuando dio el alto a un vehículo todoterreno con tres ocupantes ocupantes en su interior. Durante la intervención, se percataron de que del vehículo salía un reguero de sangre. Tras hacerles varias preguntas, los individuos aseguraron a los policías que en el coche solo llevaban un rifle porque excusaron asegurando que «venían de la armería». Lo que no pudieron justificar fue la presencia de un silenciador y la de dos corzos recién abatidos en el maletero del coche.

Y hace también unos días, dos individuos de 69 años y residentes en Bizkaia fueron pillados in fraganti por agentes de la Guardia Civil cuando se encontraban furtiveando con un rifle provisto de silenciador y visor térmico en una pista forestal del término municipal de San Vicente de la Sonsierra (La Rioja).