Los cazadores son, en nuestro país, una pieza fundamental en la extinción de incendios. Son los que mejor conocen los terrenos de sus cotos, los que se saben al milímetro cada rincón para acceder a las zonas más recónditas y los que más dispuestos están a la hora de proteger sus tierras con el fin de que la fauna silvestre salga adelante.

Este domingo, 25 de julio, se ha vuelto a constatar cuando uno de los socios de Aepes –Asociación española del perro de sangre- volvía de Soria de un aviso para pistear el corzo al que había disparado un cazador cuando se topó en las cercanías de la localidad de Berlanga de Duero con el comienzo de un incendio.

José Arriaga, «que ya había dado muestras del tipo de cazador y persona que es» -destaca la asociación en una nota de prensa- no dudó en cambiar la traílla de rastreo por un ‘ramazo’ y junto a su hijo y otras personas apagar «uno a uno los doce focos que fueron encontrando».

Un accidente poco después con un jabalí

El accidente con el jabalí. AEPES

Por desgracia el día no acabó ahí, sino que José tuvo un accidente con un jabalí, que por fortuna se saldó sin consecuencias personales, si bien su Toyota Hilux quedó bastante dañado fruto de la colisión. «Un día intenso que desde luego no olvidará jamás», detallan desde AEPES.

Además, han mandado a esta redacción varios vídeos grabados durante los hechos que dan fe del amor sin límites que el mundo cinegético tiene por la naturaleza.

YouTube video

El mismo cazador que soltó el rifle y se tiró hace unas semanas a un canal para rescatar al corzo que intentaba cazar

Este mismo cazador protagonizó hace unas semanas otra imagen que, sin duda, muestra la verdad de la caza. Rescató en un canal al corzo que iba a tratar de cazar segundos antes pero que, tras una arrancada, cayese a la corriente, algo que lo condenaría a una muerte casi segura por la imposibilidad de salir de ésta.

«Toda la p…. tarde chuleándome, te tengo a cincuenta metros y ahora te caes aquí. ¿Ahora qué hacemos, amigo?», dice en los primeros segundos de grabación. Tras ello, se le ve persiguiendo al corzo durante decenas de metros hasta que la corriente comienza a adentrarlo en una zona de difícil acceso, por lo que al hombre, no le queda otra que quitar los objetos valiosos de sus bolsillos y lanzarse al agua a por él. Este es el vídeo.