El SEPRONA de Zaragoza, en colaboración de los Guardas Rurales del coto de pesca del Mar de Aragón, ha llevado a cabo una actuación en la que se han intervenido 100 kilos de carpas y siluros que habían sido capturados con artes prohibidas en el paraje del embalse de Mequinenza.

Según ha informado la Guardia Civil en una nota de prensa que recogen medios como Heraldo, los hechos se produjeron este martes, cuando los agentes localizaron a cuatro pescadores de nacionalidad rusa que habían lanzado desde una embarcación una línea de pesca con ‘sedales durmientes’, siendo sorprendido uno de ellos en el agua mientras utilizaba un fusil de pesca submarina con arpón y con el que había capturado varios ejemplares. Cada uno de los sedales que componía la línea estaba compuesta de varios anzuelos en los que se usaba como cebo peces vivos. Igualmente habían dejado en la orilla varias cañas de pescar con los aparejos introducidos en el agua, sin vigilancia.

Los especialistas del Seprona comprobaron que esta embarcación, propiedad de uno de ellos, no se encontraba habilitada para su navegación en el embalse y carecía de matriculación y seguro.

Al identificar a estas personas, los agentes comprobaron que todos ellos contaban con licencia de pesca de la Comunidad Autónoma de Aragón y que disponían del permiso del coto para pescar con caña en régimen de captura y suelta, no estando habilitados para la realización de ningún tipo de pesca extractiva.

Tenían dos arcones frigoríficos donde guardaban el pescado

Una vez en la orilla, los agentes verificaron que estas personas llevaban varios días acampados, observando que a escasos metros de la caravana en la que pernoctaban disponían de un remolque que contenía dos arcones frigoríficos, conectados a dos grupos electrógenos, donde guardaban el pescado capturado, conteniendo uno de ellos la totalidad del pescado intervenido. Igualmente verificaron que durante su estancia habían utilizado una barbacoa portátil, con leña seca y carbón, incumpliendo la orden sobre incendios.

Por estos hechos, los cuatro pescadores fueron denunciados por diferentes infracciones administrativas relacionadas con la normativa de pesca, aguas, armas, acampadas y montes. La embarcación, artes prohibidas y resto de medios utilizados para la pesca, fueron intervenidos y puestos a disposición de las autoridades competentes. Los ejemplares capturados fueron intervenidos y gestionados como residuos.