La cazadora Mari Ángeles Mendoza Felipe, natural de la localidad toledana de Quero, sufrió el pasado miércoles 8 de diciembre el presunto robo de dos de sus galgos de caza, Serna e India. Los supuestos ladrones reventaron el candado de su perrera, accedieron al interior de ésta y le sustrajeron los canes, pero curiosamente no se llevaron ni los galgos viejos que tenía ni uno que estaba lesionado.

«El pasado miércoles, a mediodía, me llamó una vecina y me comentó que la portada de la parcela de mi corral la tenía abierta. Pasé dentro y me habían soltado todos los perros menos dos. Accedí y comprobé que dos de ellas me las habían robado», señala entre lágrimas en palabras a este medio.

No se llevaron ni las galgas viejas ni uno lesionado

Utensilios utilizados en el presunto robo. © M. A.

Actualmente tiene en el corral dos galgas viejas y uno lesionado que no se llevaron, como tampoco hicieron con una cruzada de 16 meses: «La duda que tengo es que tiene que estar cerca de mi círculo quien haya sido, casi seguro», denuncia la joven toledana.

El lunes, cuando se fue de caza, una de las perras la dejó encerrada y cuando llegó al corral la habían soltado: «No sabía si sería el animal con las manos, pero probablemente habrían sido las mismas personas, que habrían estado inspeccionando el sitio en varias ocasiones», lamenta.

Para llevarse los perros, apalancaron un candado interior y lo reventaron, accediendo al recinto: «Una de las perras, de color garbanzo de 17 meses, llevaba dos collares, uno de piel y otro azul en el que ponía mi nombre, apellidos y el teléfono. Otra careta, de 12 meses de edad, llevaba el collar de la bandera de España», describe con la esperanza de que alguien pueda verlas.

Aunque ha denunciado los hechos, por el momento la Guardia Civil no le adelanta nada: «Solicité que tomasen huellas, pero no aportaron ningún tipo de aclaración. El consejo que me dieron es que intentase difundir por todos los grupos para poder obtener ayuda». «Me han quitado la vida; hay compañeros que me han llamado para ofrecerme a darme un perro, pero no lo quiero; no son mi instrumento, sino mi vida entera», confiesa la joven.

Los perros robados. © M. A.