Este miércoles se ha votado en el Congreso de los Diputados la eliminación de la prohibición de la quema de residuos vegetales en el campo, lo que permitirá a los agricultores seguir gestionando los restos vegetales de su explotación. Como exponíamos la pasada semana, la Ley de residuos y suelos para una economía circular aprobada en abril tenía carácter permanente y no permitía quemar nada, ni siquiera en invierno.
El fin a esta pesadilla para los trabajadores y gestores del medio rural ha llegado a través de una enmienda transaccional a propuesta por PdeCAT y Ciudadanos, que ha contado con el apoyo de todos los grupos parlamentarios excepto PSOE y Podemos y que supone una «vuelta a la normalidad y lo que debe ser razonable dentro del campo, más aún teniendo en cuenta el momento tan complicado por la que atraviesa el sector primario», ha destacado ASAJA en un comunicado este jueves.
En una nota de prensa, la organización agraria destaca que es de «sentido común que se restablezcan estos permisos para facilitar las tareas a los agricultores y ganaderos y, sobre todo, porque la nueva normativa incrementaba los costes (al tener que trasladarlos a un lugar autorizado), la contaminación (de los vehículos que transporten los residuos), así como el riesgo de incendios y la propagación de enfermedades y de plagas».
Durante las últimas semanas, la organización han denunciado esta prohibición de la Ley de Residuos e impulsado a los grupos parlamentarios a que la derogasen, dada la preocupación e incertidumbre que generaba su puesta en marcha entre los agricultores riojanos que en breve van a comenzar la campaña de poda y el arranque de viñedo y de otros cultivos leñosos.
El ministro Planas propuso la pasada semana enterrar los restos vegetales
Por último, recordamos que el ministro Planas propuso la pasada semana enterrar los restos vegetales. De esta forma, además de evitar la crema o el traslado de los residuos para que se trituren, se podrían beneficiar de un «cobro suplementario» de la nueva Política Agraria Común (PAC), lo que supondría un cierre del problema y, al mismo tiempo, un beneficio económico, defendió.