El pastor Rogelio Benítez, natural de la localidad de Monterrubio de la Serena, en la provincia de Badajoz, ha enviado a la redacción de Jara y Sedal las imágenes de una de sus cuatro ovejas que ha conseguido alumbrar cuatro corderos. Según detalla posee 25 hembras de raza inra y tres de ellas ya han sacado cuatro corderos adelante en las últimas fechas. Además, otras ocho han parido tres ejemplares en sus últimos partos, algo que es muy difícil que suceda.

«Las compré a un ganadero que las vendía como oferta. Llevo con ganado más de veinte años, y la raza que más me gusta es la merina cruzada con fleischschaf, pero esta, que es inra, es especial», reconoce sobre las ovejas que paren ‘de cuatro en cuatro’. «Tengo poco ganado, porque son solamente 150 ovejas, pero lo tengo muy bien atendido», detalla. «Hay que comercializar mucho cordero para poder defenderlo y esta raza me sirve», explica sobre la raza que les está dando excelentes resultados.  

Otra de las imágenes de la prolífica hembra. © R. B.

«A partir de San Miguel ya se consideran ovejas para parir y de las 150 que tengo unas 130 pueden hacerlo, por lo que al año voy a comercializar unos 206 borregos», explica el ganadero. Sobre los partos múltiples de tres o cuatro corderos, Benítez explica que «cuando las crías empiezan a tener 25 día hay que ayudarles un poco a alimentarse, porque las madres no pueden y si no empiezan a quedarse un poco atrás».

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Sobre la raza indra

La Romane, también conocida bajo el nombre INRA 401, proviene de un programa de selección desde 1963 con el fin de mejorar la prolificidad del rebaño ovino francés. La raza ha estado constituida por cruces entre la Romanov, por su prolificidad, y el Berrichon du Cher por sus cualidades carniceras.

Su prolificidad es alta, con una media de 2 a 2,3 corderos según las temporadas. Sus cualidades maternas facilitan su cría: buena aptitud a la lactancia de las madres, parición y adopciones fáciles… como así lo demuestran las ovejas del ganadero pacense.

Esta raza de oveja tiene muy buena aptitud al cambio natural de estación reproductiva: permite una producción de corderos a lo largo del año sin tener que recurrir a hormonas.