La obtención de dinero utilizando a los animales como reclamo es una constante en el mundo animalista. Sus mensajes a través de redes sociales pidiendo donaciones son capaces de recaudar millones de euros en nuestro país, como ya hemos relatado en anteriores ocasiones. Ha habido, incluso, importantes casos como el de un conocido animalista al que la Policía acusaba de haber estafado al menos 700.000 euros. Cualquier animal sirve para conseguir dinero gratuitamente. Hasta los salvajes. Basta con bautizarlo y compartir imágenes emotivas junto a una música triste.

Uno de los últimos ejemplos lo podemos ver en la asociación animalista madrileña Equipo Rescate Animal – ERA, que en los últimos días han publicado un vídeo de una zorra (Vulpes vulpes) que, según ellos, se encuentra en la Cañada Real madrileña y por la que están pidiendo dinero a través de las redes sociales. ¿El motivo? Llevarla al veterinario, castrarla, y trasladarla a un ‘santuario’, algo que calculan le va a costar unos 550 euros. La han bautizado como Ydril.

250 euros por transportarla durante 600 kilómetros

«No pedimos dinero para el rescate en sí. El tiempo, gasolina y los materiales, lo ponemos nosotras, como en todos los rescates. Para lo que hemos pedido ayuda es para el transporte y el veterinario», aseguran en sus perfiles sociales. Afirman que el transporte les cuesta 250 euros a «través de una empresa especializada en este tipo de viajes»; «Ydril tiene que viajar sola, sin más animales en el mismo viaje, por cuestiones sanitarias y para reducir el estrés que pueda sufrir al mínimo posible (esto encarece el viaje)», explican a sus seguidores.

Exponen que no puede ir en un coche normal porque «no es un perro lo que se transporta, es un animal salvaje; si hubiera algún infortunio durante el viaje, cualquier persona no tiene por qué saber solventar cualquier problema que pueda surgir en los más de 600 kilómetros de viaje». Señalan que el veterinario les cobrará 300 euros por esterilizarlo y ponerle vacunas, a pesar de ser un animal silvestre. «Y si sobra dinero tras pagar todo esto, nuestra idea es donarlo al santuario, ya que necesitan agrandar el cercado de sus instalaciones», indican.

Lo que no dicen es a dónde viajará supuestamente la zorra para tener que desplazarse durante 600 kilómetros ni, por supuesto, hacen referencia a la ilegalidad que supone tener a un animal salvaje en cautividad y plantearse moverlo sin los correspondientes permisos por el territorio nacional.

Hay que destacar que, tal y como ha apuntado a Jara y Sedal en otras ocasiones Jaime Valladolid -experto en derecho cinegético y colaborador de jaraysedal.es-, «para la tenencia en cautividad de este tipo de animales hace falta estar en posesión de una autorización expresa de la Administración. De no tenerla, la organización animalista o la persona que la tenga en su poder podría enfrentarse a una sanción administrativa». En esa misma línea apunta una de las internautas que han respondido a los comentarios de la protectora: «El patético vídeo de la zorra debería estar en manos de la Guardia Civil. Es un flagrante caso de maltrato animal y de tenencia no permitida de un animal salvaje».

La protectora reconoce abiertamente que no ha denunciado el caso a las autoridades: «¿Por qué no se llama a la Policía o Seprona? (Como ya hemos explicado muchas veces…) Los cuerpos de seguridad saben perfectamente lo que hay en la cañada real. Si no actúan más, no depende de nosotras, además, ellos reciben órdenes de arriba. «Los de arriba» sabrán por qué se permite esto. Si denunciamos, podemos conseguir varias cosas: Que pasen olímpicamente de nosotras, como ya nos ha pasado en otras ocasiones y no solucionemos nada. Que ese animal en concreto sea sacado de la cañada, en este caso irá a una perrera si es perro, gato o équido. Si es animal de granja, les tienen que eutanasiar por normativa de la comunidad. Un animal salvaje puede correr esta misma suerte. Organizaciones como Grefa pueden recoger algunos, pero ellos los recuperan y los sueltan en libertad. No es lo más adecuado para Ydril. Si aún así denunciamos, eso conlleva no volver a entrar en la cañada» explican sobre su actitud.

Lo que no explican es que, de haberlo denunciado, su recaudación de fondos habría terminado.