La Gendarmería francesa ha descubierto esta semana, durante una inspección en una protectora de animales de la localidad de Lunel -situada en el departamento de Hérault, en el sur del país- a una decena de perros, cabras y ovejas sin vida en su interior, según informa Midi Libre. Algunos de ellos estaban atados, algo que agrava las condiciones en las que los animales se encontraban en el lugar.

La asociación, de nombre ‘Ayuda de las 4 patas’, ya está siendo investigada por las autoridades francesas. Además, la Gendarmería también ha recuperado una treintena de animales del refugio: gatos, caballos, cerdos, una vaca de la Camarga y aves de corral.

El duro testimonio de algunos ex voluntarios de la protectora

Estado en el que se encontraron a los animales muertos. © DR

Anaïs, una voluntaria que presentó una denuncia ante la gendarmería por ‘actos de crueldad con los animales’ en la protectora, señaló al medio France 3 que «le preguntamos -al gerente- dónde se habían ido los perros, porque ya no estábamos allí, y nos decía todo el tiempo ‘no te preocupes, han sido adoptados o están en hogares de acogida‘. Siento no haber descubierto esto antes. El gerente es una persona a la que apreciaba mucho, pero cuando he visto lo que él es capaz de hacer, lo aborrezco. Quiero que le quiten todos sus animales».

Por su parte Dylan, voluntario que descubrió la fosa común, expone al citado medio que les «prohibieron entrar al refugio», pero «descubrimos huesos en el suelo, así que queríamos comprobar si había algo más allí dentro. Cuando entramos, vimos que había varios animales muertos. Me sorprendió mucho…», lamenta.

Y, además, Alicia, otra voluntaria desde septiembre -sus apellidos prefieren mantenerlos en el anonimato-, señala al mismo medio que «yo pude ver que los perros no estaban bien alimentados, los caballos estaban muy delgados, los perros, los gatos, todos los animales estaban en el barro. Todo estaba sucio, cuando los sacamos, vimos que tenían diarrea».

Habla el que era gerente de esta protectora: así se excusa ante preguntas de France 3

El medio Francia 3 también habló hace unos días con el propio gerente de esta protectora, que del mismo modo prefirió mantenerse en el anonimato: «¿Cómo llegaste ahí? ¿Pediste ayuda?», le preguntó el citado medio. «Traté de tener más voluntarios, de tener más gente, pero eso no fue suficiente. Los perros venían, tenían que ser alojados, encontrar familias de acogida…», señalaba el gerente. «¿Cómo reaccionas a esta investigación?», le volvió a preguntar el medio. «No es fácil. Si el voluntario que presentó la denuncia me lo hubiera dicho, habíamos tomado una decisión juntos y habría tenido más sentido», contestó.

«¿Cómo explicar esta dramática situación?», incidía el medio. «Los animales mueren. No puedes estar al lado de la cama de todos los animales todo el tiempo. Estábamos abrumados. Han llegado muchas cabras…», se excusaba.

«¿No podrías rechazar estos animales?», le interpelaban. «Cuando te los arrojan en medio de la noche por el portal, ¿a qué te niegas? No voy a volver a ponerlo en la carretera… Por la noche, los encerré en el hangar. Murieron, y es cierto que no tuve tiempo de enterrarlos», reconoce.

Otros casos similares en España

El caso anterior recuerda al de una mujer de nacionalidad brasileña que fue condenada en España por un delito continuado de maltrato animal cometido por dejar morir «de hambre y sed» a 13 perros que abandonó junto a uno más que logró sobrevivir en una casa que habitaba en Salteras (Sevilla).

También nos viene a la mente el caso de los 150 perros muertos en casa de unos animalistas de Texas y Missouri o el de aquella otra animalista que tuvo a sus perros encerrados y sin comer durante dos meses. Lamentablemente no han sido los únicos que hemos compartido en Jara y Sedal en los últimos años.