Las redes sociales son, desde hace unos años, el gran altavoz del mundo cinegético para dar a conocer sus valores a la sociedad actual. Y precisamente en este campo es donde ha crecido un mundo de la caza que lucha contra los ataques animalistas defendiéndose gracias a la valentía de cazadores particulares que hacen gala de su afición ante miles de seguidores.

Es el caso de Poveda Espinosa, una cazadora toledana que da fe de su pasión por el monte y que ya acumula casi 15.000 seguidores en Instagram. Hoy es protagonista en Jara y Sedal, donde le preguntamos por su afición a la actividad cinegética.

PREGUNTA. En primer lugar, ¿de dónde eres y cómo nace tu afición por el mundo de la caza?

RESPUESTA. Soy de Almorox (Toledo), pueblo con gran tradición cinegética, sobre todo de caza menor, aunque según pasan los años la caza mayor va ganando terreno debido al aumento poblacional de jabalíes, venados, corzos y predadores, todo en detrimento del conejo y la perdiz, que han disminuido considerablemente, aunque actualmente resido en un pueblo de Ávila.

En mi casa siempre se vivió la caza, ya que mi padre ha sido y es un enamorado de la caza del conejo. A mí siempre me llamó la atención pero, quizá, el hecho de ser una niña en un mundo que hace unos años era más considerado de hombres, hizo que no pudiera ‘despertar’ en cierta manera, mi vena cazadora. Ese gusanillo que siempre tuve, lo he podido sacar años después gracias a mi pareja y no puedo estar más feliz, ya que gracias a ello he podido hacer de la caza, mi pasión.

P. ¿Qué especies o modalidades son tus preferidas?

R. El hecho de salir al campo a cazar ya lo considero un privilegio. Cazar la paloma en media veda, la codorniz -aunque en mi zona es bastante escasa-, cualquier rececho -gamo, corzo, muflón…. Estos últimos tienen su miga. Buscar el animal con la ayuda de tu instinto y unos prismáticos es una tarea muy gratificante cuando se culmina con éxito. Pero más que animales en sí, lo que más me sube la adrenalina es la ladra de los perros, tras un cochino rompiendo el monte, si hablamos de caza mayor. En cuanto a la menor sin duda el conejo con los podencos. Ver a mis perros buscar, tocar rastro, chillar y la tensión del lance son situaciones que no me dejan dormir el día previo a ir de cacería. Así que si tuviera que elegir un animal me quedaría con el jabalí yendo de perrera en caza mayor y el conejo en la general.

Poveda tras una jornada de caza de palomas. © P. E.

P. ¿Con quién sueles ir de caza? ¿La practicas con perro o sin él?

R. En la caza siempre voy con mi pareja. En ocasiones nos juntamos con algún amigo dependiendo dónde y la modalidad que cacemos, pero los domingos de la general son para disfrutar de los conejos y mis podencos. Actualmente tenemos una jauría de podencos -andaluces, portugueses y manetos- que vamos alternando para sacar el mejor rendimiento con ellos. Nos gustan sitios ‘sucios’ y creo que el perro más completo para cazar, para mí, es el podenco. Son los mejores en la caza del conejo; quizá la perdiz la levantan larga, pero si dan con un cochino, para nada se echan para atrás, acosándole y sacándole de su encame en muchas ocasiones. Actualmente tengo también una teckel (Bimba) que quiero enseñarla para rastro de sangre. Por el momento es muy nueva, pero ya se la ven buenas maneras.

La cazadora con uno de sus podencos tras una jornada de caza menor. © P. E.

P. ¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes en el mundo cinegético? ¿Y el que más te ha calado?

R. Recuerdos hay muchos, ya que la caza y la vida son momentos y cada lance es especial. La primera pieza que abates, días que te sale todo a pedir de boca, dobletes, fallos de los que estás riendo en cada cena que hacemos entre amigos, anécdotas… No me quedo con nada en concreto. Creo que la caza es eso, momentos. Cada uno con su encanto que quedan como recuerdos, grabados en nuestra memoria.

P. ¿Cómo valoras la presencia de la mujer en la caza actualmente?

R. Como antes comenté, todo evoluciona. Tradicionalmente la caza en nuestros pueblos era más de hombres y raramente una mujer salía al campo a cazar, por el modo de vida que había, costumbres… Pero en la actualidad, por suerte, el número de mujeres que cazamos ha subido considerablemente. Esto es una buena noticia a nivel social. Es un orgullo ver a muchas compañeras que se van sumando ya sea como acompañantes o cazando ellas mismas. Es un mundo en el que cabemos todos y es muy bonito ver a parejas compartiendo afición, como es mi caso.

P. En redes sociales cuentas con muchos seguidores. ¿Qué sensaciones te deja esta experiencia de compartir con miles de personas las virtudes de la caza?

R. Las redes sociales tienen un doble filo. Hoy todo se mueve a través de ellas y las personas que de un modo u otro tenemos cierto número de seguidores tenemos la ‘obligación’ de mostrar lo que queremos compartir de una manera políticamente correcta, ya que cualquier cosa puede malinterpretarse y dar a entender lo contrario a lo que queremos difundir. Algo muy importante que debemos evitar creo que es crear polémicas entre cazadores, ya que, bastantes enemigos tenemos fuera, como para encima pelearnos entre nosotros. Creo que bien utilizadas le pueden hacer mucho bien a la caza.

La joven tras un rececho. © P. E.

P. ¿Cuál es tu mejor y peor experiencia en este aspecto?

R. Tengo seguidores maravillosos que me apoyan y disfrutan mis aventuras, me comentan, compartimos opiniones, charlamos, unos me preguntan dudas y otros me dan consejos, ayudándome a poder ser cada día una mejor cazadora, porque hay que recordar que en la caza siempre se aprende y la mejor manera de aprender es sabiendo escuchar a los que saben. Siempre intento contestar a todos los que me escriben, porque aprecio y valoro mucho que gracias a ellos tengo este pequeño espacio en el mundo de la caza.

En cuanto a puntos negativos muy pocas veces he tenido que ignorar a alguien que me haya faltado el respeto. Tan solo algún insulto de los anticaza, que por regla general no les doy mucha publicidad, ya que es lo que buscan. Tengo la suerte de tener gente excelente y estoy muy orgullosa de esta pequeña familia que formamos y que día a día se va haciendo más grande.

P. Por último nos gustaría saber cuál crees que es la mejor defensa del futuro del sector

R. En las manifestaciones se está viendo que somos un sector unido, mediante las redes sociales hay que, como dije anteriormente, divulgar los beneficios y las necesidades de la caza, haciéndolo de una manera que no levante polémica. Hay que intentar dar a conocer la caza a personas que no tengan la posibilidad de estar cerca de ella, explicándole cómo y por qué cazamos, fomentarlo desde los más pequeños, haciéndoles entender que es algo esencial, intentando esquivar las trabas que se ponen desde el propio sistema educativo actual, pero nunca enfrentarse con quien no quiere entender ni razonar, ya que es perder el tiempo.

Otra imagen de la cazadora. © P. E.