Nadie desea que Navarra viva un verano como el del pasado año en lo referente a incendios forestales, sobre todo cuando pasará tiempo hasta que se olvide aquel fatídico 18 de junio, una jornada negra en la que comenzó una ola compuesta por una docena de incendios surgidos por toda la geografía de la Comunidad foral que dejaron unas 15.000 hectáreas arrasadas por el fuego. Entre las más de mil personas que lucharon contra las llamas, estuvieron también como voluntarios cientos de cazadores, que aportaron una valiosa ayuda en las labores realizadas por los servicios de emergencias.

Para continuar con esa disposición de utilidad pública característica de la Federación Navarra de Caza (FNC) y con el ánimo también de mejorar el trabajo previo en busca de una mejor organización, representantes de la entidad que aglutina a los cazadores en la región se reunieron recientemente con el director de Protección Civil y Emergencias de Navarra, José Javier Boulandier, en un encuentro al que también se invitó a la Unión de Cooperativas Agrarias de Navarra.

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Representantes de la Federación Navarra de Caza durante su reunión con miembros de Protección Civil. © Federación Navarra de Caza

En esa cita, los cazadores presentaron sus cuatro grandes bazas en materia de lucha contra los incendios: todos los quehaceres que emprenden en la naturaleza para adecuar sendas y caminos, que pueden ser de gran utilidad para los bomberos; su extenso conocimiento sobre los montes y bosques navarros, vital para que el personal de emergencias llegue con celeridad hasta los lugares afectados; su función de centinelas, al estar diariamente en contacto directo con el medio ambiente; y su amplia organización en clubes y sociedades de cazadores, lo que posibilita dos aspectos muy relevantes, una facilidad veloz en la búsqueda y concentración de voluntarios, y un eficaz sistema de comunicación en la naturaleza, desarrollado a través de walkie talkies.

«Creemos que podemos aportar un estimable cometido en la lucha contra los incendios»

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Incendio. © A_Lesik / Shutterstock

Para el presidente de la FNC, José Ángel Remírez, una de las principales facetas que tienen los cazadores en Navarra es su disponibilidad para ayudar en todo lo relacionado tanto con el medio ambiente como con el mundo rural. «Nuestra esencia es siempre servir de utilidad para la sociedad y, en ese sentido, creemos que podemos aportar un estimable cometido en la lucha contra los incendios, para ayudar a los servicios de emergencias y que lo tengan más fácil a la hora de desarrollar su trabajo», explica.

A juicio de Boulandier, Protección Civil tiene la meta, entre otras, de ser un instrumento de coordinación y, por tanto, el organismo intenta facilitar la armonización de todos los colectivos que puedan servir de ayuda en un momento determinado. Y el peligro de los incendios continúa muy patente en Navarra. «Las circunstancias cada vez se van complicando más, porque venimos de meses de sequía y afrontamos temperaturas elevadas ya antes del período estival», indica, antes de añadir que «somos bastante más vulnerables de lo que pensamos». Y una de las herramientas para contrarrestar esa realidad, alega, es la de la divulgación y la formación.

Dentro de esta última, el Gobierno de Navarra lleva a cabo un curso formativo sobre la prevención de conatos de incendios. Financiado por los fondos Next Generation de la Unión Europea, promueve la implantación de planes municipales contra los incendios y contiene tres módulos: los aspectos básicos de los incendios forestales, la actuación en ellos y la organización y planificación. Tanto la FNC como UCAN se comprometieron a publicitar entre sus asociados estos cursos, que promoverán nuevas fechas próximamente, de cara a estar lo mejor preparados antes de la llegada del verano.

Los cazadores, eje de la lucha contra el fuego

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Varios cazadores participando en la extinción de un incendio en Cáceres en una foto de archivo. © J. L. B.

En esa preparación, los cazadores apremian a los consistorios navarros a que se autoprotejan, a base de adquirir materiales para combatir los fuegos. Entre ellos, destacan los remolques de extinción de incendios, las lanzas pulverizadoras, las mochilas extintoras, las palas apaga fuegos, etc. Todo con el objetivo de que, si se origina un conato en sus inmediaciones, se tengan a mano las herramientas necesarias para apagarlo o, en su caso, facilitar las labores de los servicios de emergencias.

La situación no es muy halagüeña, según señala Boulandier. «Me gustaría que este verano fuera menos peliagudo que el del año pasado, que fue extraordinario debido a la gran simultaneidad de incendios. Sin embargo, los técnicos y los meteorólogos nos están avisando de que sufrimos una sequía prolongada y que no contamos con las mismas reservas de agua que en el 2022», manifiesta. Los embalses, alega, están al 60%, un nivel por debajo de lo normal en esta época del año. Además, los pronósticos anuncian temperaturas más elevadas y, por otro lado, las olas de calor cada vez son más frecuentes e intensas.

La sequía pone todo a la contra

«Debemos alertar a la población de que, con la sequía que tenemos y con 40 grados de temperatura, las situaciones no son iguales. No podemos enfrentarnos a los incendios forestales de la misma manera que cuando había 25 grados, ya que el comportamiento de los fuegos es muy diferente a como estamos acostumbrados», reconoce. Por tanto, apela a la responsabilidad de la ciudadanía, para que sea consciente de la gravedad del contexto en el que nos movemos.

En cuanto al papel de los cazadores, el director de Protección Civil y Emergencias expuso a la FNC que su colaboración puede orientarse tanto a ayudarles a ellos a evacuar a la población de núcleos rurales en momentos puntuales, como a integrarse en las agrupaciones de defensa forestal, pertenecientes al Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente. «Nuestra finalidad esencial es la de salvar vidas, por lo que nos centramos más en la población que en la naturaleza, pero los cazadores cuentan con un conocimiento enorme del territorio y están en el monte a menudo, por lo que pueden servir de mucha ayuda en la detección y en los primeros trabajos», sostiene.

«Antes de que un incendio se constituya como tal, se da un fuego. Y un fuego es algo que se puede controlar en el espacio y en el tiempo. Por eso, si un cazador ve un conato, sería conveniente que haya aprendido a cómo debe apagarlo o a entender cómo funciona un incendio», sentencia.

Uso de un bloqueante de fuego

La Federación Navarra de Caza organizará en Lumbier una exhibición de un producto bloqueante de fuego. Se trata de un aditivo que se aplica al agua para que esta sea más efectiva cuando se aplica a la extinción de incendios. En ese acto, estará presente también Protección Civil y los bomberos, que aprovecharán la ocasión para explicar a los asistentes las pautas más básicas y consejos prácticos en la prevención de incendios y en la lucha contra el fuego.