Mientras la formación morada realizaba un debate sobre la caza social en Soria para establecer una posición oficial con respecto a ella, los círculos animalistas del partido publicaban un documento incendiario en contra de la caza para reventar la iniciativa de reflexión. 
11/2/2019 | Redacción JyS

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Pablo Fernández, a la izquierda, afirma durante un debate que los sorianos son, a día de hoy, «la especie en mayor peligro de extinción». / desdesoria.es

Podemos celebró una jornada el pasado 9 de febrero en Soria, «desde el respeto y la reflexión», para tratar de establecer una posición sobre la caza, tal como afirmó Pablo Fernández, secretario general del partido en Castilla y León. Según ha podido saber Jara y Sedal, el evento contó con una amplia representación del partido –casi 100 miembros–. Entre ellos, participaban los secretarios generales de Castilla y León, Pablo Fernández, y de Baleares, Mae de la Concha, además de responsables estatales y autonómicos del Área de Mundo Rural, Sostenibilidad y Soberanía Alimentaria, y diputados en parlamentos autonómicos y en el Congreso, junto a inscritos de la formación.
Tras las jornadas, desde Podemos enviaban un comunicado –que puedes consultar íntegramente aquí–, en el que han dejado claro que «la caza forma parte de la realidad» y que su formación «quiere acercarse a ella con el respeto y la valoración necesaria que nos permita un diálogo honesto». «Nuestra voluntad es poder avanzar en propuestas que mejoren el desarrollo de la actividad venatoria, siempre en coherencia con los principios de la sostenibilidad», añadían. 
Además, en el citado documento indican que el partido no tiene la intención de acabar con la caza, sino dialogar sobre cómo se desarrolla: «Queremos dejar de hablar de caza si o caza no, cuestión que no se debate, para centrar el debate en cómo queremos que se desarrolle la caza. Entender la dimensión cultural y emocional de la caza, entender el compromiso con la naturaleza de los diversos actores que intervienen, y rechazar los estereotipos que hemos construido, es esencial para poder dialogar y avanzar».
Por último, han indicado en su comunicado que «lo esencial (…) es centrar nuestros esfuerzos en cómo se debe practicar la caza para que el conjunto de la sociedad la
considere una actividad positiva y beneficiosa y cómo junto al sector, podemos avanzar en la resolución de los problemas que se arrastran. En este esfuerzo, el sector de la caza, siempre nos encontrará dispuestos a dialogar, trabajar y avanzar». 

Lucha interna en Podemos sobre la caza

Las palabras del documento presentado contrastan con el ‘Informe sobre la caza en España‘ que los círculos animalistas de Podemos hicieron público el mismo fin de semana en el que la formación morada reflexionaba sobre la caza. En él, los animalistas del partido afirman que la caza no soluciona los problemas del mundo rural, sino que se trata de una merma a las alternativas reales que pudieran detener la despoblación en los pueblos, además de otras afirmaciones en las que cargan contra la actividad cinegética. 
Fuentes de Podemos han reconocido a Jara y Sedal que se ha generado un «incendio» interno, provocado por los radicales animalistas que se niegan a que Podemos debata internamente su posición sobre la caza. La realidad es que la prensa generalista ha terminado dando difusión a la postura de los círculos y no a las conclusiones de la jornada de debate, que han reconocido la importancia y necesidad de la caza. 

Un informe interno cargado de mentiras  

La facción animalista de Podemos señala en el citado informe que la caza no ha servido hasta la fecha para lograr una recuperación vital de los pueblos de España y denuncia que de los 50 millones de hectáreas del territorio nacional, 43 millones son destinadas a la actividad cinegética, a pesar de que ni siquiera el 1 por ciento de la población practica la caza, según ha informado Europa Press. 

En el informe elaborado por el círculo animalista estatal de Podemos y al que ha tenido acceso el citado medio, apuntan a que esa amplia extensión del territorio destinado al desarrollo de una sola actividad no soluciona los problemas del mundo rural sino que es una merma a las alternativas reales que pudieran «detener el abandono» y la despoblación del mundo rural, algo que sin embargo contradice los datos del informe prestigiosa consultora Deloitte. 

Denuncian también que sólo se debe pasar un examen la primera vez que se obtiene la licencia de armas -como el de conducir- y que no hay revisión periódica de conocimientos o que no se requiere ningún tipo de conocimiento sobre la fauna para obtenerla, algo obvio ya que no todas las licencias de armas habilitan a una persona a cazar y quienes así lo desean hacer ya realizan otro examen -el de la licencia de caza- donde sí existe un temario específico sobre especies animales. 

Más ataques contra la caza

Por otro lado, en el informe señalan que al año la media de muertes de cazadores por accidentes devenidos de tal actividad oscila entre las 44 y las 54 personas, que el aumento de accidentes de tráfico se derivan de la dispersión de manadas fruto de batidas de caza o que los planes de caza que dictan a qué piezas se puede disparar se realizan según el censo redactado por los propios cazadores «sin ninguna precisión». 

Recalcan que la gran cantidad de capturas a nivel estatal ocasionan «el declive de los predadores naturales» y denuncian que se introducen en los ecosistemas naturales animales criados adrede para luego darles caza.

Suman, según Europa Press, que «se da un trato de favor al sector de la caza por parte de las instituciones» y dicen poseer datos de la Guardia Civil de los últimos 5 años y que, según estos, el 40% de los perros que sufren maltrato, abandono o robo son de caza, algo que deberán demostrar ya que según afirmaba la Federación Andaluza hace escasos días basada en los informes del Seprona y de la Fundación Affinity los únicos datos o estadísticas oficiales existentes a día de hoy confirman que «más del 80% de los perros abandonados en España no proceden de la práctica de la caza y que los perros de razas de caza solo representan el 12% del total de los perros abandonados en España.