El joven pescador castellonense José Miguel Rollo capturó el pasado domingo 15 de mayo un espectacular ejemplar de verrugato o corvallo (Umbrina cirrosa) en una playa de esta provincia de la Comunidad Valenciana. El pez dio un peso de 7 kilos y 100 gramos, algo relevante comparado con las capturas «de tres o cuatro kilos a lo sumo» a lo que están acostumbrados en la zona.

El verrugato es un pez que se parece a una corva; posee una verruga en su mandíbula inferior que le da nombre. No obstante, es un pez que no es fácil de encontrar en muchas zonas del Mediterráneo, de ahí la importancia de que este joven haya pescado uno de estas dimensiones.

Así llegó la picada de este verrugato

Otra imagen del verrugato. © J. M.

A las 11:00 horas de esa mañana, José Miguel sintió una pequeña picada en la caña a la que no dio importancia; no obstante, esperó unos segundos y decidió clavar a ver si había alguna pieza: «Solamente noté una pequeña destensada, empecé a recoger el hilo de 18 milímetros -lo puso tan pequeño para lanzar más lejos- y vi que no podía con él», explica el pescador.

«Me costó más de una hora sacar a la pieza cansada a la orilla», reconoce sobre la ardua lucha con este pez, que «en cuanto notaba que estaba ya cerca de la superficie, iba de nuevo para dentro y era una vuelta a empezar continua.

Poco a poco, lo fue cansando hasta que logró hacerse con él: «Al principio era solamente peso, pero luego dio mucha guerra, porque era grande y estaba muy gordo. 7,100 kilos es mucho para la zona. Yo, personalmente, no conozco ninguno así por el lugar», explica José Miguel.

A olas 12:00 del mediodía, una hora después de la picada, el pescador sacó la pieza

Una hora después, ya pasado el mediodía, el pescador sacó la pieza, que había picado a la tita que había puesto como cebo en su caña Vercelli Enygma Atika armada con un carrete también Vercelli. «Tuve tres picadas más a una caña que iba cebada con un cangrejo, pero no hubo demasiada suerte», señala sobre el resto de la jornada.